Músicos confinados por el Coronavirus: jotas, pasodobles, muñeiras y sevillanas desde el balcón
Desde A Coruña hasta Alicante pasando por Moncada o Huelva, los músicos propician a través de redes sociales un nuevo auge en la música tradicional

Músicos confinados por el Coronavirus: jotas, pasodobles, muñeiras y sevillanas desde el balcón
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La música nos está acompañando a todos durante el confinamiento. Y es que, igual que la radio, la música viaja a través de las ondas. Es sonido y llega a todas partes atravesando nuestras paredes. Esta crisis del Coronavirus ha revolucionado la forma en que se distribuye la música. Durante este estado de alarma, cada día las redes sociales nos muestran nuevo talento o talento hasta ahora desconocido. Eso sí, sin salir de casa. La semana pasada escuchaste a sopranos y maestros de la ópera desde sus balcones. Como María Zapata...
Desde su balcón puso a sus vecinos a cantar este chotis (Madrid) de Agustín Lara. Después del pop y la ópera queremos resumirte lo mejor de esta cuarentena.
Nos vamos a Aragón. El grupo jotero de Cretas en Teruel sale todas las tardes a las 20:00 para desplegar toda su artillería. Luis con mandurria y Andreu con sus pulmones.
Si hablamos de música tradicional, hablamos también de otro género. Y es que "no hay nada más español que un buen pasodoble"...
Es el #FestivalDelsBalcons que tiene su propio hasgtag en redes sociales y en el que participan músicos de bandas municipales.
Y todos desde su balcón desde Moncada hasta Alicante. Y para cambiar de tercio, Paquito el Chocolatero también en la Comunidad Valenciana. Vámonos a Huelva. Al balcón de Paco Millán que es concejal del Ayuntmiento y además cantaor.
Paco Millán en sus ratos libres ha compuesto las sevillanas de la Hermandad del Rocío de Huelva. Guarda en sus vitrinas varios premios de composición y se merece otro por conseguir que sus vecinos acompañen con palmas... y lo hagan ¡sin perder el compás!
Acabamos con una muñeira. Sabela Galván es instrumentista gallega y nos dice ahora a todos “Queda na casa, carallo...”