EL SUCESO DE 1997
La muerte de Lady Di: una investigación millonaria plagada de incógnitas
En La Noche de Adolfo Arjona recordamos la muerte en accidente de tráfico de Lady Di y Dodi Al Fayed. Un suceso ocurrido en 1997 que dio pie a todo tipo de teorías
Málaga - Publicado el - Actualizado
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Nos situamos en el 31 de agosto de 1997. Hacía calor aquella noche en París. Habían cenado y tomado una copa en el hotel Ritz y decidieron trasladarse al apartamento que él tenía cerca del río Sena. Nada podía ser más romántico que contemplar de noche el Sena y la ciudad de París junto a la mujer que amaba y a la que todos llamaban la Princesa del Pueblo.
Fue así como Diana de Gales y Dodi Al Fayed decidieron cambiar los planes. En lugar de alojarse en el lujoso hotel propiedad de la familia Al Fayed, pasarían la noche solos. El único inconveniente que antes tendrían que salvar eran los paparazzi. Gente incómoda que no respetaba la vida privada de Lady Di.
EL PLAN
En un intento de despistarlos, el jefe de seguridad del hotel Ritz, Henri Paul, se ofreció para ejercer de conductor. Junto a él, en el asiento del copiloto de un Mercedes-Benz S280, se sentó el guardaespaldas de Diana, Trevor Rees-Jones. En los asientos de atrás charlaban Dodi y la princesa. Empezaban a estar acostumbrados a jugar al despiste con los fotógrafos, a los flashes que les cegaban, a las carreras, a la velocidad de los coches. Sin embargo, aquel 31 de agosto del año 97, sería la última vez.
ACCIDENTE
Solo tres minutos después de comenzar el trayecto, el conductor perdía el control del turismo. Colisionó a 190 kilómetros por hora contra una de las columnas del túnel bajo la Plaza del Alma.
El conductor y Dodi Al Fayed, ubicados en el lateral izquiero del vehículo, se llevaron la peor parte: ruptura del istmo de la aorta y fractura en la columna vertebral. Al primero, Henri Paul, lo declararon fallecido cuando pudieron sacarlo de entre el amasijo de hierros. A Dodi intentaron reanimarlo durante una hora. A la una y media de la madrugada lo dieron por muerto.
Mientras tanto, los pasajeros del lado derecho, el guardaespaldas y Lady Di, resultaron gravemente heridos. Los paparazzi que llegaron al lugar del accidente escucharon quejarse a la princesa. Estaba tumbada en el asiento de atrás, sin poder moverse, solo lograba decir que le dolía mucho. Su corazón se había desplazado al lado derecho del pecho y había desgarrado la arteria pulmonar y el pericardio. A pesar de la operación de urgencia, los médicos no consiguieron salvar su vida.
Diana de Gales, Lady di, la Princesa del Pueblo, era dada por muerta a las cuatro de la madrugada de una noche que debía ser bonita y romántica, como es París en verano. La ciudad que la vio morir.
INVESTIGACIONES
Alrededor de la muerte de Lady Di y Dodi Al Fayed hubo muchas teorías. El criminólogo Enrique Vega, jefe de seguridad e investigador privado, cuenta a Adolfo Arjona que después de dos investigaciones policiales, una francesa y otra británica y una investigación judicial, se concluye por parte de las instituciones judiciales británicas que la muerte de Diana no puede considerarse un asesinato.
Dos años después de que Scotland Yard iniciara una investigación que costó tres millones de euros, se publica un informe detallado de 832 paginas que contesta a las preguntas de los jueces encargados del caso habiendo interrogado a mas de 400 personas: “La policía concluye que Diana no se encontraba embarazada ni se había comprometido en matrimonio con Dodi Al Fayed. Igualmente concluye que había sido un accidente de trafico, producido por la presión de los paparazzi que los perseguían y por el estado de embriaguez del conductor del vehículo de Diana”, apunta Enrique Vega.
TEORÍAS
Según cuenta Vega, la primera teoría de la conspiración la pone sobre la mesa el propio padre de Dodi Al Fayed: “Aseguraba que fueron victimas de un complot de poderes del Estado británico, con la participación del Príncipe de Edinburgo y con la ejecución del servicio de espionaje MI6. En esa conspiración que después han secundado periodistas y otras personalidades, se apoya en cuestiones no resueltas”.
Entre esas cuestiones a las que alude el experto está la de por qué se culpo a los periodistas en primer lugar, quedando absueltos posteriormente o por qué se acusó al conductor de conducir a 200 km/h cuando la velocidad parece que fue de 95 km/h. Pero sin duda, la más inquietante es la de un segundo vehículo que pudo estar implicado en el accidente de Lady Di y Dodi Al Fayed: “Se habla de un Fiat Punto blanco que intervino en el accidente y que después se encontró a las afueras de París, calcinado con un cuerpo dentro. Y por último, también levantó sospechas el hecho de que no se efectúe una autopsia a Diana y que se embalsamara rápidamente”, recuerda Vega.
JUICIO
Años después se celebró un juicio que perseguía depurar responsabilidades en aquel trágico accidente. El juez Bernardo Pinazo cuenta que los miembros del jurado afirmaron en su veredicto que el accidente en el que falleció la princesa de Gales, su pareja, Dodi al Fayed, y el conductor, “se debió a un homicidio involuntario por parte del chófer y de los vehículos de los paparazzi que les seguían, a los que le condenaron a una indemnización de un euro”.
Pinazo señala que el jurado, por mayoría, “llegó a la conclusión, tras las declaraciones de 250 testigos, que el conductor Henry Paul estuviera bebido, fue un factor decisivo para desencadenar el accidente del túnel del Alma de París, así como el hecho de que los ocupantes del vehículo no llevaran puesto el cinturón de seguridad”.
El proceso, presidido por el juez Scott Baker, descartó así las hipótesis de la conspiración esgrimidas por Mohamed al Fayed.
SUPERVIVIENTE
La única persona que sobrevivió al accidente fue el guardaespaldas que, precisamente, era el único que llevaba puesto el cinturón de seguridad “Trevor Rees-Jones no recordó nada de lo sucedido. Manifestó que su último recuerdo «veraz» se refiere a la salida, por la puerta de atrás del hotel Ritz de París, aquella noche. A partir de ahí, le vinieron a la memoria algunos flashes, como un fotógrafo en una motocicleta que se detiene al lado del coche y la voz de una mujer, posiblemente Diana, que quejándose pronunciaba el nombre de Dodi” apunta Bernardo Pinazo.
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