LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

¿Cuánto ha llegado a pagar un millonario para librarse de un secuestro?

El nieto de Paul Getty, el empresario Alfred Heineken, el padre de Julio Iglesias o el hijo de Frank Sinatra son ejemplos de grandes secuestros millonarios

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¿Cuánto ha llegado a pagar un millonario para librarse de un secuestro?

Pedro González

Málaga - Publicado el

11 min lectura

En La Noche de COPE con Adolfo Arjona, repasamos algunos de los secuestros más mediáticos de la historia contemporánea. El del nieto del magnate del petróleo Paul Getty, el de uno de los mayores empresarios cerveceros del mundo Alfred Heineken, el de Julio Iglesias Puga padre del cantante español o el del hijo de otro gran cantante como Frank Sinatra.

PAUL GETTY

Paul Getty fue el hombre más rico del mundo durante tres décadas, hasta el año de su muerte, en 1976.

Su padre siempre se había dedicado al negocio del petróleo y él siguió con la tradición, con mucha mayor fortuna porque Getty descubrió el petróleo en Arabia Saudí. Fue entonces cuando se hizo multimillonario y fue entonces cuando su apellido acaparó más titulares que nunca. La mafia italiana había secuestrado a su nieto mayor John Paul Getty III.

El secuestro

Eran las tres de la madrugada del 10 de julio de 1973 cuando un joven de 16 años caminaba por la plaza Farnese de Roma. Era un chico delgado, de pelo largo y de cara aniñada. Sin que lo esperara, unos hombres los sorprendieron por la espalda y lo metieron en un vehículo.

Aquel chico era el nieto mayor del multimillonario del petróleo Paul Getty y los hombres que lo habían secuestrado eran miembros de la mafia calabresa. No había sido un rapto al azar, sabían perfectamente quién era aquel joven de aspecto hippy, John Paul Getty III.

Solo unas horas después la familia recibía una nota en la que exigían el pago de 17 millones de dólares. Desde un principio el abuelo multimillonario se negó y argumentó que todo era una treta de un adolescente rebelde.

Pero el tiempo pasaba, la policía no conseguía avanzar en las investigaciones y a los raptores se les iba acabando la paciencia. Cuatro meses después del secuestro, un periódico recibía un sobre que contenía una oreja humana y una nota en la que rebajaban el rescate a tres millones de dólares de la época, unos 20 millones de dólares actuales. En la nota se podía leer: "Esta es la primera oreja de Paul. Si dentro de diez días la familia todavía cree que ésto es una broma montada por él, entonces llegará la otra oreja. En otras palabras, llegará en pedacitos."

Aquello fue definitivo... el abuelo multimillonario decidió pagar el rescate, pero no sería el dinero que pedían los secuestradores... Paul Getty, el magnate del petróleo, el hombre más rico del mundo, solo estaba dispuesto a pagar la cantidad máxima que se podría deducir fiscalmente... 2,2 millones de dólares de la época. El resto del dinero se lo prestó a su hijo que tendría que devolvérselo al 4% de interés.

El 15 de diciembre de 1973, cinco meses después del secuestro, el joven Getty era localizado en una gasolinera del sur de Italia... la mafia calabresa ya había recibido el dinero. A pesar de que Paul Getty III llamó a su abuelo para darle las gracias por abonar gran parte de su rescate, el abuelo jamás atendió el teléfono.

La historia

Antonio Pelayo es periodista y corresponsal de Antena 3 en Roma y el Vaticano y le ha contado a Adolfo Arjona algunos detalles de la vida de Paul Getty III. Un chico que era el producto no solo de una familia inmensamente rica y desestructurada, también era fruto de ideales como querer cambiar el mundo, el amor libre como bandera.

Paul Getty Junior, después de ser liberado, se enganchó a la heroína y al alcohol. Años más tarde tuvo una embolia en 1981 que lo dejó tetrapléjico parcialmente, ciego y sin habla.

ALFRED HEINEKEN

Alfred Heineken nació en Amsterdam en 1923 y con ese apellido, estaba destinado a ser uno de los empresarios cerveceros más importante del mundo.

Su abuelo Adrian, fundó la fábrica en 1864. Después pasó a manos de su hijo y, posteriormente, a las de su nieto Freddy, convirtiéndose así en uno de los hombres más ricos del planeta.

Pero los inicios fueron duros. Su abuelo le hizo trabajar de botones cuando solo tenía 18 años, como castigo por ser mal estudiante. Pero el mundo empresarial lo llevaba en la sangre y unido a un talento innato, comenzó poco a poco a subir puestos, hasta que con 25 años se hizo dueño del imperio Heineken.

Con Alfred Heineken al frente de la empresa la marca Heineken comenzó a crecer, llegando a convertirse en la cuarta cerveza más consumida en el mundo, se vendía en más de 150 países y llegó a ser la segunda distribuidora de cerveza a nivel mundial.

Pero el 9 de noviembre de 1983, su vida dio un vuelco. Esa tarde Alfred y su chófer, fueron acorralados por cuatro hombres enmascarados, a punta de pistola, cuando salían de la sede de Heineken en Amsterdam, fueron secuestrados y trasladados a una nave industrial con una habitación insonorizada... ahí comenzó la pesadilla.

El secuestro

El corresponsal de COPE en Bruselas, José Luis Concejero, le ha contado a Adoolfo Arjona algunos detalles del 'Caso Heineken' como que fueron cuatro autores materiales, pero había todo un clan de más de 20 personas detrás del secuestro.

Estuvieron dos años planeando el secuestro e incluso hubo algún intento frustrado. Cuentan que uno de los objetivos antes de secuestrar a Heineken, fue el Príncipe Bernardo, marido de la Reina Juliana de los Países Bajos.

Alfred y su chófer pasaron tres semanas secuestrados. Los secuestradores pidieron un rescate de 18 millones de dólares, que se terminaron pagando aunque bajo el control de la policía. Durante el juicio, uno de los cabecillas de la banda logró escaparse y se convirtió en uno de los hombres más buscados por la Interpol, hasta que fue capturado años más tarde.

JULIO IGLESIAS PUGA

A principios de los años 80 tuvo lugar un secuestro que mantuvo en vilo durante días a la sociedad española. Julio Iglesias Puga, el padre de uno de los artistas más importantes del mundo, era secuestrado por los terroristas de ETA. Una agónica historia que comenzó el 30 de diciembre de 1981.

El secuestro

El prestigioso ginecólogo Julio Iglesias Puga apenas llevaba unos días en Madrid... acababa de regresar de Miami, donde había pasado la Nochebuena con sus hijos. Pero aquella Navidad no iba a ser como la habían planeado... todo cambió aquel 30 de diciembre. Se le perdió la pista mientras iba de camino a su consulta en la madrileña calle O'Donnell.

Aquel día, el doctor Iglesias Puga no apareció por su despacho... nadie sabía dónde estaba... y la preocupación tardó muy pocas horas en asaltar a sus familiares porque esa ausencia no era propia de un hombre tan metódico como él. Aquella misma noche, denunciaron la desaparición.

Para entonces, Julio Iglesias padre se encontraba retenido en un Seat 131, donde sus captores le advirtieron con una pistola en la cabeza que aquello era un secuestro... que si quería seguir vivo, no se resistiera.

Le obligaron a tomar seis somníferos, le ataron de pies y manos y le metieron en el maletero. 36 horas más tarde despertó en una pequeña habitación, con tres sillas, una cama y un cubo a modo de improvisado inodoro.

Nadie conocía el paradero de Julio Iglesias Puga... tampoco él, que dedujo que lo tenían cautivo en algún lugar de Aragón por el acento de las voces que escuchaba desde la calle. Y no se equivocaba: estaba secuestrado en Trasmoz, un pequeño pueblo de Zaragoza de apenas 200 habitantes.

Ya seguros de que había sido secuestrado, sus hijos Julio y Carlos esperaban con angustia la llamada de los captores... una llamada que no llegaba. La Policía mantenía abiertas varias líneas de investigación... hasta que un etarra detenido en una redada dio la pista definitiva: ETA estaba detrás. Comenzaba entonces un trabajo contrarreloj para dar con el lugar del cautivero.

Los días pasaban y Julio Iglesias Puga trataba de mantener la calma en aquel angosto lugar que se había convertido en su tétrico nuevo hogar. Como médico que era, sabía que debía beber mucha agua, caminar por la habitación y dormir si quería permanecer sano... porque quizá aquello se prolongara una buena temporada.

Por eso, le dio a sus captores las diez mil pesetas que llevaba encima y le pidió que le compraran ropa nueva. Para entonces, ya le habían contado que lo que buscaban era dinero... un rescate millonario a cambio de su libertad, aunque ETA no había reivindicado públicamente el secuestro.

Mientras, en Madrid se trabajaba sin descanso para diseñar la operación de rescate, a la que Policía Nacional y Guardia Civil pusieron fecha: el 17 de enero de 1982.

Aquel día, todo Trasmoz estaba en la calle, celebrando sus fiestas.... circunstancia que los agentes aprovecharon para poner en práctica su plan.

Eran las tres de la madrugada cuando una enorme carga de explosivos derribaba la puerta de la casa en la que Julio Iglesias Puga llevaba casi veinte días retenido. Solo unos minutos después, el entonces presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, comunicaba a Julio Iglesias hijo el feliz final del cautiverio.

Vestido de blanco, con una evidente pérdida de peso y algo desorientado, dos días después, los dos Julio Iglesias comparecían en Miami en una multitudinaria rueda de prensa.

Sus secuestradores, de quienes el doctor Puga dijo haber recibido un buen trato aquellos interminables veinte días, acabaron detenidos y en prisión.

Los principales condenados fueron Juan Gregorio Egusquizaga y José Luis Gutiérrez, miembros de la llamada ETA político-militar... con penas de ocho y seis años de cárcel por detención ilegal. Otras cuatro personas (Alberto Ramón Mendiquiren, Jesús Urritia, Gloria Gutiérrez y Baltasar Calvo) fueron condenadas por cómplices del secuestro.

FRANK SINATRA JR.

Si el secuestro del padre de Julio Iglesias dio la vuelta al mundo por la trascendencia pública del cantante, imagínate el revuelo mediático que causó el rapto del hijo de 'La Voz'... del mismísimo Frank Sinatra. Una historia que nos traslada al mes de diciembre del año 1963.

Como también hizo su hermana Nancy, Frank Sinatra Junior decidió seguir los pasos de su padre y dedicarse a la música. Gracias a su apellido y, por supuesto, a su voz, no tardó en tener un espectáculo propio. Una noche cualquiera, mientras se preparaba para salir a actuar en un hotel de Las Vegas, el hijo de Sinatra fue secuestrado.

El secuestro

El periodista e investigador David Cuevas le ha contado a Aadolfo Arjona los detalles del secuestro de Frank Sinatra Jr.

Alguien llamó a la puerta de la habitación y abrió el trompetista de la orquesta, que se encontró con un hombre vestido con ropa de esquí y un revólver en la mano. Entró en la habitación, se llevó a Sinatra y lo metió en un coche donde había otros dos hombres, también vestidos de esquiadores.

La Policía estableció su cuartel general cerca del Lago Tahoe, suponiendo que los secuestradores no podían haber ido muy lejos y desplegó un importante dispositivo con más de ochenta agentes, cortaron las principales carreteras e intervino el FBI. Sin embargo, el operativo no tuvo éxito y para cuando lo montaron todo, los secuestradores ya se habían llevado a Sinatra Jr a Los Ángeles.

Para dar sensación de solvencia, unas horas después del secuestro, la policía detuvo a dos hombres a los que acusó del rapto junto a otros cómplices de número indeterminado. Pero ninguno tenía nada que ver con el crimen, así que acabaron en libertad.

Los investigadores manejaban dos hipótesis: una puramente económica y otra, por las relaciones de Sinatra con la mafia. Es más, una tercera vía era política... porque Sinatra Jr era amigo de un cuñado de Kennedy y a JFK lo habían asesinado solo unos días antes.

Dos días después del secuestro, los secuestradores lo llamaron para contarle sus exigencias: tenía que ir con un amigo a una gasolinera donde le darían más instrucciones. Allí le dijeron que tenía que pagar 240.000 dólares en billetes pequeños. Sinatra pagó el rescate y 45 minutos después, su hijo aparecía en casa de su madre, en la urbanización Bel Air de Los Ángeles, donde el cantante se había instalado un par de días antes por orden de los captores.

Apareció en la urbanización y le dijo a un vigilante de seguridad si lo podía acercar hasta la casa de su madre. Estaba en buen estado, pero apenas pudo dar información porque dijo que pasó todo el tiempo con los ojos vendados. Dijo que no había pasado miedo, que sus captores no eran más de tres y que daban la impresión de ser unos aficionados.

Así terminaban cuatro días de angustia... con la liberación del hijo de Sinatra el 12 de diciembre de 1963, justo el día en que 'La Voz' cumplía 48 años.

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