La sangrienta historia de "La asesina del hormiguero"

Cuando se trata de asesinatos violentos cuyas víctimas son niños, y cuyos verdugos son sus padres, es imposible evitar el desconcierto

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La sangrienta historia de "La asesina del hormiguero"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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17 de septiembre de 2009. Hermelinda Hernández llegó a su casa cuando estaba amaneciendo. La vivienda era apenas una casucha de láminas en la calle Plaza del Sol, en el Estado mexicano de Morelos. Desde hacía tiempo, la mujer se sentía frustrada por la situación de pobreza y abandono en que se veía envuelta, pero aquella mañana quiso pagarlo con quien menos culpa tenía: su hija Yazmín, de apenas tres años de edad.

Tras despertar a la pequeña a golpes, le quitó la ropa y la dejó en la calle, donde el frío se apodero de su pequeño cuerpo. Algo más tarde se la llevó consigo a un cerro cercano. Allí, la obligó a tumbarse sobre un enorme hormiguero. Pronto, las hormigas comenzaron a trepar por su cuerpo y a morderle. Hermelinda, en lugar de apiadarse de la criatura, la dejó allí durante dos horas, mientras Yazmín gritaba: “Mamá… quítame de aquí… no me mates”. Al regresar, la niña no reaccionaba, y su cuerpo estaba cubierto de heridas. Ya en casa, vomitó una especie de espuma, y falleció shock anafiláctico. Es esta la historia de una filicida. La llamada “la asesina del hormiguero", una mujer que fue capaz de asesinar a su propia hija, y que fue condenada a 50 años de prisión.

En 'La Noche con Adolfo Arjona' abrimos también los expedientes de otras filicidas, como el caso de Elvira Cruz, “la fiera de Ajusco”, que asesinó a sus cuatro hijos estrangulándolos. O el caso de Claudia Mijangos, “la hiena de Querétaro”, que mató a sus tres hijos: a Alfredo lo apuñaló y le amputó las dos manos. A Claudia le perforó los pulmones. Y a Ana Belén le atravesó el corazón.