"Me dio una lección": como una madre en la UVI Móvil le hizo saber "lo que importa" a una médica de urgencias

En 'La Noche de COPE', la doctora Carmen Sánchez Alegría le demuestra con una anécdota a Beatriz Pérez Otín que el nombre de 'El amor es la mejor medicina' es cierto

José Manuel NietoRedacción La Noche

Publicado el - Actualizado

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Después de los tres últimos años de pandemia, todos hemos cambiado. La COVID nos ha condicionado a todos la vida y en el primer momento nos condicionó para mal: nos aisló, nos separó de nuestros amigos y familiares. Pero por suerte no todo iba a ser esto. La pandemia ha hecho que hablemos de una manera abierta y natural de la salud mental. Este miércoles ha pasado por 'La Noche de COPE' una doctora que se preocupa de verdad por el bienestar y la sanación de sus pacientes, pero es su relato sobre la felicidad lo que nos ha entusiasmado.

Carmen Sánchez Alegría es médica de urgencias, experta en investigar el concepto de sanación y este miércoles ha pasado por los micrófonos de COPE para hablarnos de su nuevo libro 'El amor es la mejor medicina'. Lleva años investigando sobre el proceso de superación de una enfermedad y ha recogido sus conclusiones en este tomo que llega a conmover. Es verdad que llevamos tres años hablando de salud mental, pero es que no dejamos de aprender y la conversación con Beatriz Pérez Otín también demuestra por qué el nombre de su obra es cierto.

La doctora explica en la entrevista que siempre aprende "de sus pacientes" y una de sus mejores maestras es "la mamá de una niña". "Yo tenía que trasladar en la UVI Móvil a la pequeña y solo había espacio para el enfermo, en una incubadora, el enfermero y el médico. Era una situación urgente y era un traslado de 100 kilómetros. Yo veía que esa niña se podía morir y hablé con los padres para decirles a los padres: no hay espacio para los dos, está prohibido que vengan en la ambulancia, pero yo voy a mirar para otro lado", relata.

¿Qué es la felicidad?

Carmen Sánchez Alegría lo resume, pero recalca que se emociona "cada vez que lo recuerda". "Solo vino la madre al final. La primera parte del viaje la mamá estaba calladita, mirando al suelo de la ambulancia, ni siquiera levantaba los ojos para mirar a la incubadora. Yo estaba concentrada en que el corazón siguiera latiendo y que sus pulmones siguieran recibiendo aire. El silencio era increíble, solo se escuchaba el sonido de las máquinas", sigue explicando la médica.

Pero "cuando faltaban pocos kilómetros para llegar", la doctora relata que "de repente, se oyó una voz que parecía del más allá, y la mamá, que miró hacia el cielo, pegó un golpe contra su muslo y dijo textualmente": "¡Y a mí qué me importa no tener dinero para la hipoteca! ¡Y qué me importa que mi suegra sea una bruja! ¡Y qué me importa que mi hijo haya suspendido todo!". "Empezó a decir cosas que le impedían ser feliz antes", explica. Lo último que dijo es que "¡si a mí lo único que me importa es que mi hija viva!".

"Me dio una lección", sentencia Carmen Sánchez Alegría. "Felizmente, esa niña se recuperó, pero esa mamá tuvo que estar al borde de una situación tan trágica como de perder a su hijita para darse cuenta de que todo lo demás no importaba", reflexiona. Es por lo que la doctora cree que "la felicidad es la capacidad para expresar la tristeza cuando la ocasión lo requiere, pero también valorar toda la cantidad de regalos cotidianos que tenemos en la vida". "Estamos programados para fijarnos en lo que nos falta o nos molesta", finaliza la médica.

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