Fernando de Haro: "Tras el 17-A, hubo prisa en pasar página. Había un calendario que cumplir"

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Hace un año que Francisco López Rodriguez falta de casa. No se le ve en la charcutería de Rubí, cerca de Barcelona. Hace un año que Franscisco López Rodriguez falta de casa. Francisco era de Lanteira, un pequeño pueblo de Granada. Se vino a Barcelona en los años 60 para ganarse el pan, porque en Lanteira no había futuro. Y Francisco, hace un año y una hora paseaba por donde estamos en este momento, paseaba por estas Ramblas con su mujer Roser y con su sobrio nieto de tres años. Aquí, a los 57 años, el ataque del terrorista Younes Abouyab le arrebató la vida, a él y su sobrino nieto de tres años.

Los dos faltan desde hace un año y una hora de sus casas. Hoy, en un jornada sin apenas incidentes, en la que la noticia principal han sido las víctimas, no las pancartas del independentistas, ni la pretensión de politizar el homenaje por parte de algunos. Hoy es noticia el homenaje de todos los españoles, catalanes y barcelones, representados por el Rey Felipe VI que hemos rendido homenaje a las victimas. El despiadado yihadismo que golpeo Madrid, Niza, Estocolmo, Berlín y París golpeó hace un año en Barcelona. Pero aquí fue diferente. Aquí las víctimas directas, todos los barceloneses, todos los catalanes, todos los españoles, fueron víctimas dos veces. Había prisa en pasar página, había un calendario con el que cumplir.

Hay por algún estudio muy serio que subraya que tras los atentados de Barcelona y Cambrils se echó tierra sobre los debates de fondo que un ataque así provoca. Hubo un ruido intenso durante unos días, hubo abucheos en las manifestaciones. La onda expansiva del mal causado por los yihadistas se extendió ensuciándolo todo. Escuchamos a los políticos, a algunos políticos, echarse la culpa por lo sucedido. Vimos y escuchamos esa obscena polarización que ante el dolor no sabe y no quiere callarse y pretende sacar partido. Al dolor de 16 injustas muertes hubo que sumar el dolor de quien quiso sacar ventaja . ¿Pero cuándo aprenderemos que cuando el terrorismo golpea los únicos culpables son los terroristas? Las victimas, los muertos, los heridos, nos invitaban y nos invitan un año después a salir de nuestra burbuja ideeológica. Si no abandonamos esa burbuja ideológica. La onda expansiva se multiplica y después de las víctimas mortales, muere la nación, muere el país, muere la visa social. Hoy tenemos un sabor agridulce. Hemos podido rendir homenaje a las víctimas, pero la división ha impedido decir una palabra, una palabra que juzgue lo sucedido. El ayuntamiento de Barcelona solo nos ha ofrecido unos versos del poeta Jonh Donne, un poeta que escribía en el momento en el Europa estaba arrasada por las guerras de religión. Un error. La amenaza del yihadismo no plantea una guerra de religión, eso es lo que quieren los yihadistas que creamos. 

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