Este 22 de junio de 2021 quedará marcado en el calendario, es un día en el que sin duda Sánchez ha hecho historia. El Gobierno, después de una larga deliberación, en la que en realidad no había nada que deliberar, porque ya todo estaba decidido ha indultado a los nueve lideres condenados y en prisión por el intento de secesión. Los indultos son parciales, no incluyen la inhabilitación, los condenados no podrán ejercer cargos políticos. El Gobierno no tenía otra opción después de los informes en contra del Supremo y de la Fiscalía.
Los políticos presos que estaban de permiso quedarán en libertad en pocas horas tan pronto como el Gobierno se lo notifique al Supremo.
Este 22 de junio de 2021 hubiera sido un gran día si el Gobierno, de acuerdo con la oposición, hubiera aprobado unos indultos que respetara el espíritu con el que esta medida de gracia está regulado por la ley. Hubiera sido un gran día si los líderes independentistas se hubieran resocializado, se hubieran arrepentido de su propósito de vulnerar la soberanía de todos los españoles, si hubieran renunciado a su pretensión de vulnerar derechos fundamentales.
"LO VOLVERÍAN A HACER"
Hubiera sido una formidable noticia que hubiera indultos, pero no estos indultos, unos indultos que hubieran sido aprobados después de que quedara acreditado que los condenados no quieren volver a hacerlo, y que por eso sus condenas ya no tenían sentido. Pero las palabras de Jordi Cuixart al terminar el juicio no han sido desmentidas: los condenados lo volverían a hacer.
Por eso los indultos son una mala noticia. Sánchez, que solo protagoniza monólogos, que no ha acudido al Congreso, que no ha querido someterse hoy a las preguntas de los periodistas ha querido justificar los indultos como ayer en el Liceo en la utilidad pública.
La utilidad pública que invoca el presidente del Gobierno es el de restaurar la convivencia, empezar de nuevo. Y no han pedido perdón los condenados.