Este miércoles Sánchez ha anunciado que mantiene los contratos de venta de armas a Arabia Saudí. Todos estamos hablando de la venta de armas a Arabia Saudí, y de pronto nos hemos dado cuenta de que nada es fácil, no se si nos hemos dado cuenta con la misma contundencia de que la complejidad no significa que todavía hay algunas pocas cosas es evidente.
En el asesinato de Khashoggi hay muchos elementos en juego. Erdogan, que es represor de la libertad de prensa, ha señalado a la casa real como responsable del asesinato. Turquía está interesada en competir por el liderazgo con los saudíes en el mundo suní. Arabia Saudí, que es un régimen que reprime libertades y que financia el salfismo y en algunos casos el yihadismo, está muy crecido por el apoyo de Trump y de Israel. Siempre es interesante que Arabia Saudí esté compensada por Irán, un régimen que también se las trae.
Pero no es bueno que Irán crezca mucho porque eso significa dar más espacio a los rusos. Tenemos por otro lado contratos como los de Navantia de los que dependen muchos puestos de trabajo. Nada es fácil, todo es complejo. Pero hay hay algunas pocas cosas evidentes: vender armas a un régimen tiránico no es bueno. Se puede estar contra Maduro y contra Mohamed Bin Salman.