"Ni siquiera con toda la tecnología que tenemos podemos controlar la naturaleza cuando desata toda su fuerza"
La directora de 'La Tarde' analiza el huracán Milton y cómo, la naturaleza, puede llegar a causar efectos devastadores en la vida humana
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No sé a qué se debe, pero creo que a todos nos pasa cuando salimos de la ciudad y tenemos la oportunidad de pasear por campo abierto, por la playa, por un bosque o por la montaña.
Hablo de esa sensación de quedarte en armonía, de reconectar con la naturaleza. Parece que es algo interior, que nos viene de serie y se activa de forma involuntaria. De la misma manera, cuando la naturaleza es brutal y se desata con toda su fuerza también nos atrapa en una fascinación hipnótica e inquietante.
Pienso en las imágenes que nos dejo el volcán de la Palma y me pasa ahora lo mismo con el huracán Milton. Acabo de ver una imagen de satélite en la que una inmensa espiral blanca gira imparable sobre la tierra. Es una imagen hermosa, hipnótica, como te decía, e inocente a miles de kilómetros de distancia. Pero lo que hay debajo de Milton es el caos. Vientos que rondan los 300 kilómetros por hora y un diluvio de agua que puede incrementar el nivel del mar en la costa hasta en 5 metros.
Ahora mismo, este huracán, va directo a tocar tierra en la ciudad de Tampa que vive sumida entre el miedo y el caos. Supermercados vacíos y carreteras atascadas de coches en dirección salida. 5 millones de personas han sido evacuadas en toda Florida. Y es que ante un huracán de este tipo solo hay dos posibilidades; o huyes o te quedas convirtiendo tu casa en un búnker.
Félix Piedra ha elegido la segunda opción. Es bilbaino pero lleva 30 años en Tampa y esta noche va a recibir a Milton con su familia. Han preparado la casa y han hecho acopio de víveres porque desconoce cuánto tiempo va a estar sin electricidad. No sabe qué va a encontrarse mañana cuando salga de nuevo a la calle pero ha decidido quedarse porque piensa que abandonar la ciudad no es una garantía.
Muy en síntesis, se forma cuando la temperatura del mar supera los 26 grados. En ese momento, el aire cálido sube a la atmósfera desde el océano y genera un cambio de presión brutal en la superficie. El propio efecto de la rotación de la tierra hace que esa tormenta gire en espiral y se forme el huracán.
Milton no es el primer huracán de la temporada, hace menos de un mes, otro huracán, el Helene atravesó la misma la zona provocando daños importantes. Pero Milton es diferente. Es el huracán más peligroso desde hace un siglo. Ha crecido muy rápido y ha traspasado con facilidad los límites de la categoría 5, la más alta.
Es más agresivo y está marcando niveles récord que asombran a la comunidad científica. Estos huracanes devastadores podían darse cada 130 años, pero ahora el intervalo se ha reducido y se espera uno cada 53 años.
La naturaleza nos recuerda lo pequeños que somos. Y ni siquiera con toda la tecnología que tenemos podemos controlarla cuando desata toda su fuerza. Quizás sea eso lo que precisamente nos atrae.