La experiencia de Alex Txikón en el K2: “Es la consecución de toda una carrera”
El escalador cuenta en La Tarde las dificultades de temperatura en la montaña y las diferencias con escalar el Everest
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Alex Txikón, una de las cuatro únicas personas que han logrado subir en invierno a “la montaña asesina”: el Nanga Parbat. Txikon acaba de aterrizar en España después de tres meses a los pies del k2, la segunda montaña más alta del mundo. Su equipo logró pasar la barrera de los 7.000 metros pero allí se encontraron con mal tiempo y, sobre todo, con mucho viento. “Así sopla el viento a 7.050 metros en el K2 invernal”, escribía Txikón en su Twitter. Ni mucho menos es un fracaso el hecho de no llegar a la cumbre, porque subir al k2 no es algo que se pueda hacer la primera ni la segunda vez que se intenta.
En La Tarde de COPE hemos hablado precisamente con Alex Txikón, que nos narra cómo en el campamento base del K2 tenían una temperatura de hasta “14 grados bajo cero hasta los 26 bajo cero”, pero con una “estufita de queroseno” que tenían, podían “llegar hasta los 8 grados”. Preguntado sobre si habrá algún equipo que consiga escalar hasta la cima del K2 en invierno, Txikón lo tiene claro: “El K2 se va a subir pronto en invierno, ya hay muchos más avances tecnológicos y se ha convertido en competición para todo el mundo, es un reto”.
Sin embargo, para el escalador, escalar la segunda montaña más alta del mundo es algo especial: “Para mí el K2 es la consecución de toda una carrera deportiva que hemos volcado en cimas importantes en invierno”, asegura Txikón. Sobre las diferencias entre el Everest y el K2, Alex asegura que son “abismales”. “En el Everest hace mucho mejor tiempo, mientras que la temperatura en el K2 es terrible” mantiene el especialista en escalada que añada que, las “condiciones meteorológicas” en el K2, por tanto, son “mucho peores” que en el Everest. Eso sí, concluye que “hay otras dificultades como la complejidad de la ruta”, por lo que en el K2 “te encuentras hasta 4 líneas de cuerdas viejas que te pueden ayudar a subir”, un detalle que no aparece en el Everest, la montaña más alta del mundo.