Se pone de parto en un atasco en Valencia en plena DANA, llegan al hospital y se quedan de piedra con la visita que reciben
Sara y Pablo acaban de dar la bienvenida a su hijo tras una situación difícil en plena DANA, y agradecen a quienes le ayudaron en 'La Tarde'
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Dos semanas y media son las que han pasado desde que la DANA arrasase parte de nuestro país. Y, en este caso, decir arrasar no es exagerar. Dejó a muchos municipios, especialmente de la Comunidad Valenciana, destrozados.
Son miles de familias las que lo han perdido todo y se han quedado sin casa ni negocios. Y todo eso, sin hablar de las víctimas mortales. Una verdadera desgracia que, aunque no estemos cerca, nos ha dejado a todos desolados.
Vamos viendo cómo más de quince días después, la ayuda de miles de voluntarios y el arduo trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las calles de estos municipios vuelven, poco a poco, a la normalidad.
Obviamente, en una situación así, hay que tener mucha paciencia y, sobre todo, no olvidar lo que ha pasado para asegurarnos de que las ayudas sigan llegando. Y aunque ha sido mucha la desgracia y tardaremos en recuperarnos de ella, esta terrible situación también nos ha dejado ver la otra cara de la moneda.
Otra cara de moneda que llega cargada de esperanza y buenas noticias que evidencian el mejor lado del ser humano. Y una de estas preciosas historias te la contamos en 'La Tarde' con sus protagonistas.
Ellos son Sara y Pablo, y su pequeño bebé, y Daniel y Paula, sanitarios.
El difícil parto en medio de un atasco en Valencia
Tener un hijo es un acontecimiento trascendental en tu vida, con todo lo que ello conlleva. Especialmente, si es el primero, porque tu vida cambia de forma radical.
Por eso, uno de los momentos que mejor recuerdan los padres es el del parto que, aunque doloroso, te trae el mejor regalo que puede existir. Suele ser un momento que te marca, y en el que estás rodeado de los mejores profesionales para traer al mundo una nueva vida.
Sin embargo, a veces no ocurren las cosas como imaginamos en nuestra mente. Y esto es justo lo que le pasó a Sara. Ella rompió aguas y empezó con contracciones en uno de los peores momentos: en plena DANA cuando ella es de Alfafar.
Antes de que el agua llegara para arrasar con todo, Sara y Pablo, su marido, pudieron coger el coche y dirigirse hasta el hospital de Manises, pero en medio, les pilló el atasco.
Las contracciones comenzaron a ser cada vez más frecuentes y cada menos tiempo, y el dolor era inaguantable. Hicieron todo lo posible para ir haciéndose hueco en la carretera, pero era imposible con tanta hilera de coches. Llegaron, incluso, a sacar un pañuelo blanco por la ventana en señal de emergencia, pero no surtió efecto.
“Sara estaba con contracciones de las fuertes, lo único en lo que pensaba era en buscar formas de avanzar, era un caos. Los coches intentaban pasar unos por encima de otros, lo del pañuelo blanco ni funcionaba. Íbamos tirando, pero los coches no nos hacían caso” contaba Pablo, mucho más aliviado ahora.
Sin embargo, todo cambió cuando, en medio de todo el caos, alguien se fijó en ellos.
Una asistencia que lo cambió todo
Cuando todo parecía imposible de aguantar y pensaban que el bebé llegaría en un atasco, Pablo y Sara vieron cómo un coche de la Guardia Civil se dirigía rápidamente hacia ellos, ofreciéndoles toda la ayuda posible. “Nos preguntaron qué pasaba, pero vieron a Sara y nos preguntaron a qué hospital íbamos y nos abrieron hueco” comenzaba relatando Pablo.
Poco a poco se fueron adhiriendo más patrullas a esta peculiar comitiva. “Nosotros íbamos en nuestro coche y no nos enterábamos de que iba pasando la Guardia Civil y que se adherían al convoy furgones de la Policía Local y Emergencias, solo veía luces azules, pero hizo que pudiéramos avanzar más rápido” explicaba.
Un poco más tarde, llegó una ambulancia del Samur de Madrid que se había trasladado a Valencia para ayudar, con Paula como técnico de emergencias y Daniel al volante. Ellos, insistieron en meter a Sara en la ambulancia para ir asistiéndola por si se ponía de parte ahí mismo.
“Lo primero que hicimos fue toma de constantes para descartar problemas, la vi muy fuerte mentalmente, tenía contracciones muy seguidas, duraban mucho y con un poco de control de la respiración fue bastante bien” contaba Paula.
A pesar de no haber asistido jamás un parto, tomaron todas las precauciones necesarias para asistirla. “Nosotros con la policía municipal de Madrid utilizamos una forma de actuar que replicamos en Valencia, vamos a una velocidad muy constante y fueron ellos quienes nos fueron abriendo paso haciendo cortes de calle y asegurando que la ambulancia llega bien y que los compañeros atrás pueden trabajar” contaba Daniel.
Cuentan que el viaje se les hizo largo pero que, afortunadamente, pudieron llegar al hospital para que diera a luz. Ahí parió a su pequeño, Buenaventura, al que el nombre le va como anillo al dedo aunque lo trajeran pensado de antes.
Por si fuera poco, cuando ya estaban en la tranquilidad del hospital, oyeron unas voces extrañas en la puerta. Eran 25 policías que les habían asistido durante el viaje. Un precioso rencuentro que quedará para el recuerdo.