Un profesor desvela uno de los métodos para combatir ChatGPT en las clases: "Se ve enseguida si han copiado"
Hablamos en 'La Tarde' con dos profesores de diferentes niveles educativos después de conocer que una universidad de París ha prohibido ya el uso de ChatGPT en sus aulas
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En una de las universidades más prestigiosas de Francia, el instituto de Estudios Políticos de París, acaban de tomar una drástica medida: han decidio prohibir el uso de ChatGPT, o cualquier otro tipo de herramienta de inteligencia artificial, en sus clases. También lo han hecho algunas escuelas públicas de Nueva York y algunas universidades australianas.
¿Y qué pasa aquí en España? Seguro que muchos profesores lo están debatiendo en los claustros para acordar qué hacer con esta herramienta cada vez más popular y más extendida entre los estudiantes. El ministerio de Universidades dice que el tema todavía no se ha tratado, y el de Educación está estudiando su uso en las aulas, pero mientras tanto la aplicación ya está al acance de cualquiera y los alumnos pueden usarla para hacer sus trabajos de clase.
Josep Valor Sabatier, profesor de Operaciones, Información y Tecnología del IESE Business School, ha puesto a prueba ChatGPT y considera que se podría aprovechar como herramienta escolar. "No hay que ponerle puertas al campo y hay que cambiar la manera en que hablamos a los alumnos, tanto desde la enseñanza primaria, secundaria e incluso universitaria. No se puede pedir una redacción como tal, que hagan lo que puedan, que se informen y a la mañana siguiente que lo expliquen en clase aleatoriamente, que el profesor elija a dos o tres y lo cuentan de viva voz". Este concepto, explica Valor Sabatier, es lo que en inglés se conoce como 'flipped clasroom', que consiste en que son los alumnos los que realmente dan la clase al resto de los compañeros. "Ahí se ve enseguida si lo han copiado o se lo han aprendido. Si se les pregunta oralmente, se detectaría en 30 segundos si se lo han inventado o no".
José Antonio Lucero, profesor de Historia en el Colegio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Rota (Cádiz), no solo está al tanto de esta herramienta, sino que le consta que sus alumnos de secundaria la han utilizado porque se lo han confesado tras haber entregado corregidos algunos trabajos. "Los chicos la trastean desde el minuto uno, y hoy en día es una herramienta que, al menos, mis alumnos de secundaria la dominan, entonces hay que hacer algo lógicamente". Este profesor opina que es precisamente la docencia la que debe trabajar en este sentido.
Si no puedes con el enemigo, únete
"El problema para mí no existe", afirma el profesor del IESE. "Es más, yo le pregunté directamente a ChatGPT '¿qué harías tú para detectar que algo ha sido escrito con ChatGPT?' y me respondió precisamente que les preguntara cosas que él no sabe". La propia aplicación le recomendó realizar exámenes orales, según Valor Sabatier.
"Respecto a la búsqueda de información, creo que es una herramienta buenísima", considera por su parte José Antonio Lucero. El profesor admite que lleva semanas usándola. "Realmente lo que hace es lo que hacíamos antes con Google", y es que este docente prevé que dentro de poco dejaremos de utilizar el conocido buscador.
"Las dudas que a mí me genera como profesor es que esta herramienta va un paso más allá, y ya no solo es capaz de darte información, sino que es una herramienta que simula la capacidad del ser humano para reflexionar, para analizar y para crear". Lucero ha apuntado que la base del aprendizaje en secundaria es hacer que los alumnos aprendan a través de la reflexión y del análisis, "y si tenemos una herramienta que ya lo hace por ellos, ahí es donde yo creo que los docentes tenemos que tener alternativas para que esta herramienta no sustituya a lo que el alumno debe aprender". El profesor de este colegio gaditano aconseja ir con cautela en cuanto al uso de ChatGPT y que el verdadero debate debería estar en hasta donde debemos condecer a la tecnología la capacidad de sustituir procesos humanos, como el pensamiento crítico o el razonamiento.