¿Es rentable tener un bar en España?: “Hacemos prácticamente la jornada de 5 personas”
Han empeorado las condiciones laborales del personal que trabaja y lleva los bares españoles, y en 'La Tarde' hemos visitado uno que sobrevive tras más de 20 años abierto
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Los bares son aquellos lugares que reúnen compañía y amigos, y cualquier español que se precie visita al menos uno a la semana. Sin embargo, parece que no funcionan bien las cosas porque desde el año 2010 han cerrado muchos de estos establecimientos.
Según el Instituto Nacional de Estadística, de un año para otro, de 2022 a 2023, han cerrado 7.825 bares. Y por ello, la copresentadora de 'La Tarde', Pilar Cisneros, se ha trasladado hasta el bar La Mina del barrio madrileño de Argüelles. Isabel es su dueña, y la encargada de levantar la persiana todos los días desde hace 24 años.
¿Cuánto cuesta subir la persiana de un bar?
La propietaria de un bar ha contado al programa que esta desaparición de bares, se debe al “incremento fiscal a todos los niveles y sobre todo, el incremento de precios que no nos permite a nosotros adaptar esas subidas tan agresivas a nuestros productos”.
Todo ello crea una situación insostenible para Isabel y su marido Juan, que dirigen el bar, “no puedes estar trabajando todos los días 17 horas para no llevarte ni siquiera un salario mínimo a tu casa”.
Isabel y Juan tiene un hijo de 22 años que está estudiando y ni se le pasa por la cabeza seguir con el negocio familiar en un futuro. Además, su madre explica que “es lo último que quisiera para él”. Porque a pesar de que dice que le gusta su trabajo, no soporta trabajar tantas horas: “Hacemos prácticamente la jornada de 5 personas”.
"Si subes mucho los precios la gente deja de venir”
Pilar le ha querido preguntar a la dueña cuánto cobraba antes por un café, y esta le ha señalado que eran 100 pesetas, “que eso serían 60 céntimos”. Pero ahora cobra 1,70 por un café y gana “muchísimo menos” dinero que cuando abrió.
Sin embargo, aclara que otros productos, como una cerveza, no han cambiado tanto su precio, aunque a ella si le afecte, y es que no puede encarecer los precios “porque la gente también va justa, si subes mucho los precios la gente deja de venir”.
La pareja se levanta todos los días a las 5:30 de la mañana para abrir la persiana a las 6:10 hasta la hora de cierre que es las 23:00. Cada día trabajan unas 17 horas, y así llevan 24 años, algo que Isabel asegura, “es muy duro”. Ahora cierran los fines de semana porque alega que “es más rentable tener el negocio cerrado que abierto y poder contratar una persona”.