El Papa Francisco desvela a los seminaristas de Burgos el peligro al que se enfrentan los sacerdotes

El Papa Francisco ha recibido este sábado, 27 de abril, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, a los seminaristas de la archidiócesis de Burgos, en el que conviven aspirantes al sacerdocio de la propia diócesis, además de la de Osma-Soria, de Calahorra y La Calzada-Logroño.

A la llegada del Santo Padre, los seminaristas le han ofrecido la canción 'Seréis mis testigos', mientras el Pontífice agradecía haber encontrado en el seminario de Burgos “un mosaico de razas, culturas y edades que se han encontrado para responder juntos a la llamada de Jesús al sacerdocio ministerial”.

Francisco también ha citado el Cantar de Mío Cid y ha recordado la ocasión en la que conoció Burgos, en el año 1970, cuando visitó al arzobispo de entonces, que era pariente de un tío político suyo.

En su discurso, el obispo de Roma pedía a los seminaristas de Burgos que se desprendan de “las falsas seguridades humanas” y recordándoles que “tener a Dios con nosotros nos llena de paz. Una paz que podemos comunicar, que podemos llevar a todos los pueblos y ciudades, desear para cada hogar”, apuntaba.

El Papa pide a los sacerdotes momentos de intimidad con Cristo y advierte sobre la mundanización

El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que acompañó a los seminaristas al encuentro con el Papa, explicaba en 'Mediodía COPE' que ha sido “entrañable, emocionante, profundo, en un ambiente magnífico donde el Santo Padre ha dado muestra de su naturalidad y cercanía”.

El titular de la archidiócesis burgalesa destacaba a su vez el discurso del Papa a los jóvenes seminaristas para orientales a la hora de “ir forjando esa identidad de Cristo Buen Pastor para estos sacerdotes de futuro y casi del presente”.

Uno de los semiraristas que estuvo presente en la Sala Clementina del Vaticano fue Fernando González, que estudia segundo año. En 'Mediodía COPE' aseguraba estar emocionado por haber estado tan cerca de Francisco: “Nos daba mucha paz y alegría. Me quedo con lo que ha insistido, en la necesidad que tenemos de la oración y la intimidad con el Señor para hacer nuestra misión. Para poder transmitir paz, amor y el anuncio de la buena noticia, necesitamos tener esos momentos de intimidad con Jesús para coger fuerza. Insistía mucho en eso”, precisaba el seminarista.

Por su parte Antonio Rivas, también de segundo curso, hacía hincapié en el momento en el que el Sucesor de Pedro alertaba sobre “la mundanización como peligro principal del sacerdote”. “Muchas veces catalogamos los peligros por cuestiones externas y lo que nos rodea, pero a veces la mundanización viene de la falta de relación personal con Cristo”.

Los regalos de los seminaristas al Papa

Los seminaristas ofrecieron al Papa como regalo una selección de productos gastronómicos de los territorios a los que pertenecen, compuesta por Trufas de Soria, vino de la Rioja, vino de la Ribera del Duero, queso de la zona de Amaya, alubias de la zona de Arlanza, pastas de té de las Merindades, chorizo de la Bureba, pastas de la ciudad de Burgos, morcillas del arciprestazgo de San Juan de Ortega, crema para la piel realizada por las clarisas de Medina de Pomar con una fórmula propia y un libro de la vida de san Rafael Arnáiz, nacido en Burgos y enterrado en la diócesis de Palencia.