La firma de José Luis Restán: Cumplamos con todo
Los Magos de Oriente debieron sorprenderse al ver que la estrella que habían seguido con ahínco no se detenía sobre alguno de los palacios de Jerusalén
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este año, a la fiesta de la Epifanía le ha seguido la del Bautismo del Señor en veinticuatro horas. El sábado contemplamos a los Magos postrados ante el Niño en un establo de Belén y el domingo vimos ya al hombre Jesús metido en las aguas del Jordán. Hay un hilo de oro que impresiona: el Hijo de Dios se somete a las circunstancias, acepta la carga y la objeción que suponen y que tantas veces nos resultan insoportables.
Los Magos de Oriente debieron sorprenderse al ver que la estrella que habían seguido con ahínco no se detenía sobre alguno de los palacios de Jerusalén sino sobre aquel establo. O sea, que la gran respuesta a su búsqueda se calentaba con el aliento de una mula y un buey… Eso destroza cualquier previsión científica o filosófica. Sin embargo, ellos aceptaron esta novedad imprevista.