La firma de José Luis Restán: Vida plena

En nuestro mundo se ha difundido la falsa idea de que el cristianismo es aburrido

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ayer falleció Jesús Carrascosa, Carras, el responsable de Comunión y Liberación en España, el movimiento fundado por Don Luigi Giussani que el propio Carras había iniciado a finales de los años 70 en nuestro país junto a su mujer, Jone, y otro matrimonio amigo, José Miguel Oriol y Carmina Salgado.

En nuestro mundo se ha difundido la falsa idea de que el cristianismo es aburrido, autodefensivo, que siempre mira hacia atrás, que levanta muros para protegerse, que es enemigo de la razón y de la libertad. Podríamos gastar horas en rebatir estos tópicos, pero se me ocurre un camino más sencillo: mirar la vida de un hombre como Jesús Carrascosa. Una vida llena de pasión y de ímpetu por construir, de capacidad de gustar de cada aspecto de la realidad, libre y llena de inteligencia, que no se asusta por las circunstancias que vienen mal dadas. Una vida forjada por el encuentro con Cristo en la comunión de la Iglesia. La Iglesia que para él fue siempre el lugar de una amistad única, sin fronteras, que no depende de sensibilidades o de cuentas pendientes sino de “Aquel que está entre nosotros”. Por eso no se escandalizaba de sus límites o debilidades, por el contrario, amaba su historia en todos sus detalles.

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