Ríos de sangre y de lágrimas
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Ríos de sangre y de lágrimas
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Ayer durante el Ángelus, el Papa Francisco afirmó que en Ucrania "corren ríos de sangre y de lágrimas". Son palabras tomadas de uno de los video mensajes que el arzobispo greco-católico de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, graba diariamente desde los sótanos de su catedral, convertida en lugar de refugio para los habitantes de una ciudad sitiada y bombardeada. El Papa pidió una vez más que cesen los ataques contra un pueblo inocente e inerme, porque como subraya el editorial de Vatican News, ésta es una guerra de agresión en la que hay que distinguir entre los que atacan y los que se defienden, y donde hay un pueblo que está pagando terribles consecuencias: muerte, sufrimiento, familias divididas y millones de prófugos.
Francisco volvió a pedir que se respete el Derecho Internacional, que ha sido brutalmente violado por el Gobierno de Putin; exigió también que "se garanticen realmente los corredores humanitarios", e hizo hincapié en ese "realmente" porque el ejército ruso ha ametrallado y bombardeado a miles de civiles que intentaban abandonar la ciudad de Mariúpol y el suburbio de Irpin, incurriendo (a mi juicio) en una crueldad propia de un auténtico crimen de guerra.
El arzobispo Shevchuck, cabeza de la Iglesia greco-católica de Ucrania, tras alentar la heroica resistencia de su pueblo, ha tenido la audacia de hablarle del perdón en este momento trágico de su historia. Es difícil, reconoce, hablar de perdón cuando se mira a los ojos a un enemigo inmoral que pretende matarte, “pero el perdón es el secreto de la victoria”. Teniendo presente que Dios es el primero que nos perdona a todos, ha invitado a su gente a pedir también por los enemigos, para que se dejen tocar por el Dios de la vida y de la paz y frenen su obra de muerte y destrucción.