‘Que todos sean uno’: avanzar por el camino de la Unidad para que el mundo crea
El periodista y profesor Mario Alcudia reflexiona sobre el comienzo este sábado de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos; un octavario para pedir al Señor que nos ayude, cada vez que nos encontremos entre nosotros como cristianos, a comprender cada vez más profundamente su mandamiento del amor
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Desde hoy y hasta el próximo sábado la Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En esta edición, el octavario cobra si cabe un significado más especial al coincidir con el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, un hito fundamental que nos recuerda esa fe que nos une y que marcó el primer concilio ecuménico. Además, se suma la coincidencia de la fecha de la Pascua entre distintas confesiones y el hecho de que los católicos estamos viviendo un Año Jubilar, tiempo de alegría, perdón y esperanza.
Esta SOUC es un momento siempre especial y significativo para pedir por la unidad de la única Iglesia de Cristo. En esta ocasión con los textos de oración y meditación, que nos invitan a reflexionar sobre la pregunta que Jesús dirigió a Marta en el pasaje donde resucita a Lázaro cuando le pregunta: “¿Crees esto?.
Como dicen los obispos españoles de la subcomisión episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso, el Concilio de Nicea del que se cumplen 17 siglos configuró una herencia dogmática y litúrgica común en el credo que recitamos, un texto de convergencia de todas las Iglesias y comunidades eclesiales; credo que une a los cristianos que confesamos el misterio de Dios uno y trino.
A todo ello se suma, como te decía, el que los católicos estamos viviendo un Año Jubilar. En la bula de su convocatoria el Papa hace alusión a este primer Concilio Ecuménico. Necesitamos, dice el Papa, de ese lenguaje común de la fe, sin el que será muy difícil salvar la unidad de fe de las Iglesias y la reconstrucción de la unidad visible
Así que, aunque aún no vivamos la plenitud de la comunión en la fe, todas estas iniciativas, como esta Semana de Oración, son pasos positivos hacia esa unidad anhelada por el propio Cristo. Se trata de acercarnos, conocernos mejor y orar juntos. Y es que la oración es el alma de todo el movimiento ecuménico y, por tanto, el punto de partida para ayudar al Señor a cumplir su deseo: “Que todos seamos uno.”