"Qué pena que el Tajo, en vez de llevarse por delante el puente de Talavera, no se haya llevado de una vez el muro de Pedro"

Escucha el monólogo de Jorge Bustos del lunes 24 de marzo

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“Aquel día se rompieron todas las fuentes del abismo, y se abrieron las cataratas de los cielos. Y hubo lluvia sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Y tanto crecieron las aguas que cubrieron las montañas más altas que hay bajo los cielos. Y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días”.

Así cuenta el diluvio universal el capítulo 7 del Génesis. Todos nos sentimos hoy un poco como Noé al bajar del arca. Cuando la paloma que envió regresó con una ramita de olivo en el pico, Noé supo por fin que el nivel del agua había bajado. Por fin luce el sol en España, que ha encadenado cuatro borrascas consecutivas. Los efectos de la última, de Martinho, todavía son visibles. Sobre todo en lugares como Talavera de la Reina, donde la crecida del Tajo se ha llevado un pedazo del puente medieval, que ya ha sufrido otros derrumbes a lo largo de los siglos. Pero lo cierto es que esta vez el río se ha llevado la parte más reciente, una reconstrucción de finales del siglo XX, lo que quizá significa que los antiguos construían mejor.

La crecida del Tajo nos ha dejado una imagen política de unidad que por desgracia es una anomalía en los tiempos del muro sanchista"

Jorge Bustos

Copresentador de 'Mediodía COPE'

En el peor balance de este diluvio hay que lamentar tres muertos (un hombre en Córdoba y un matrimonio en Sevilla) y dos desaparecidos (una persona en Málaga y otra en La Coruña, arrebatada por un golpe de mar). Hoy el nivel amarillo por lluvia se limita a la cornisa cantábrica y a las islas de Mallorca y Menorca, pero se sigue vigilando con mucha atención la cuenca de los ríos. El equipo de bomberos y de policía de Madrid, por cierto, ha hecho un formidable trabajo en el Manzanares, vigilando día y noche un cauce que se ha multiplicado por 15, y que sin embargo no ha causado víctimas ni daños de consideración. Seguramente la catástrofe de la dana en Valencia habrá ayudado a extremar estos días el celo profesional.

Pero la crecida del Tajo nos ha dejado una imagen política de unidad que por desgracia es una anomalía en estos tiempos del muro sanchista, donde el contacto entre PSOE y PP está prohibido por el creador del No es No. Este domingo vimos a Alberto Núñez Feijóo y a Emiliano García-Page acudiendo juntos a la zona damnificada, y coincidiendo en la importancia de un plan de infraestructuras hidrológicas que en el caso de Talavera ha evitado daños mayores a la población. En Valencia existía un plan parecido pero nunca se ejecutó por razones ideológicas: lo impidió el ecologismo más dogmático. Por eso el líder del PP aprovechó la visita para pedir un plan hidrológico nacional dictado por criterios técnicos y solidarios.

Mira, resulta descorazonador que la exhibición de unidad entre un socialista y un popular ante una emergencia sea hoy una excepción en la política española. Porque aparte de un plan hidrológico, hay otras muchas cuestiones de Estado que reclaman urgentemente un consenso entre los dos grandes partidos: del rearme europeo al modelo migratorio, de una ley de vivienda realmente funcional a un modelo de financiación autonómica justo, sin privilegios asimétricos.

Por desgracia, el presidente del Gobierno prefiere levantar un muro para excluir al partido más votado de España y blindar sus cesiones al separatismo y la extrema izquierda. Qué pena que el Tajo, en vez de llevarse por delante el puente de Talavera, no se haya llevado de una vez el muro de Pedro".

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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