Pilar G.Muñiz: "Armengol no aclara quién les aconsejó contratar justo con la empresa de la trama"
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El Caso Koldo es un caso pulpo, con una trama que tiene un montón de tentáculos. Está el tentáculo de Canarias, el de Transportes, el de Puertos del Estado (del que acaban de cesar, por cierto, a su secretario general) el de ADIF y entre otros el de Baleares.
Estamos hablando mucho del caso Koldo en Baleares de las comisiones presuntamente ilegales que se pagaron para conseguir contratos con la administración gracias a la influencia política y en este caso además de la compra de mascarillas que no cumplían las condiciones que se requerían y aún así se pagaron a la empresa investigada. Esto no es presunto, esto es un hecho.
Todo este caso tiene dos escenarios el judicial donde la palabra clave es delito, que es los que se investiga, y el político donde la palabra clave es responsabilidad que es lo que se exige. Y es en este segundo escenario, en el de la política y la responsabilidad, es en el que se mueve ahora mismo Francina Armengol.
Esta mañana ha comparecido a las 9 y media en el Congreso. Más que como presidenta de la Cámara baja lo ha hecho como Ex presidenta de Baleares. Armengol ha negado que su gobierno hiciera contratos con ninguna empresa por influencia política. No ha pasado nada que no esperásemos. Armengol se ha presentado como víctima de una campaña política y asegura que no dejará que mancillen su nombre. Se ha defendido diciendo que todo fue legal y conforme a criterios técnicos.
Al señalar criterios técnicos para la compra. Armegol echa balones fuera pero no aclara quien les aconsejó contratar justo con la empresa investigada en la trama.
También es llamativo que en la misma comparecencia se haya desmentido a sí misma a la hora de explicar por qué almacenaron las mascarillas. Primero ha dicho que las guardaron porque podían servir como quirúrgicas y tres minutos después, que lo hicieron para devolverlas integras o una cosa o la otra.
Después de escuchar a Armengol no tengo claro que haya aportado algo nuevo a su favor y no sé muy bien si ha conseguido apagar el fuego o por el contrario ha echado gasolina a las peticiones que piden su dimisión como presidenta del Congreso.
Desde luego, su intervención no pasará a la historia y todo sigue igual de turbio que estaba a las 9 y media de la mañana.