Dmytro desde Kiev, Roman desde Odesa o Ana desde Jersón: La situación de Ucrania contada por sus protagonistas
En Mediodía COPE hacemos un repaso por los lugares más conflictivos de la geografía ucraniana. Hablamos con cinco ucranianos que nos cuenta cómo están cada una de sus ciudades
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La invasión rusa de Ucrania cumple una semana sin que se vislumbre por el momento el final. Las tropas de Putin han redoblado el asedio a la capital, Kiev, y los ataques a otros puntos clave como las ciudades de Járkov, en el este, y Jersón, en el sur, se han intensificado. Pero no han logrado la victoria relámpago que buscaban debido a la dura resistencia que ha encontrado en los ucranianos.
Se trata, en todo caso, del mayor conflicto en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial y ha provocado ya el éxodo de más de un millón de personas y un número indeterminado de muertos.
Una semana después del inicio de la invasión vamos a hacer un repaso por los puntos más conflictivos del país para conocer cuál es la situación allí y cómo la están viviendo los propios ucranianos.
Comenzamos en la capital, en Kiev. Concretamente a su centro histórico. Allí vive Dmytro, profesor de literatura española. Nos cuenta lo que se está viviendo desde ayer: “Escuchábamos las explosiones por la mañana por la tarde y por la noche. Por la mañana sonaron las sirenas dos veces en el distrito Podil”.
Esta mañana ha ido a hacer la compra para rellenar la nevera y la situación que se ha encontrado es catastrófica. Jamás pensó que vería los escaparates de su ciudad rotos por las balas.
Como ves, en centro de Kiev, que hasta hoy estaba tranquilo, está empezando a vivir lo peor de la guerra. En el norte de la ciudad, sin embargo, la situación es más complicada. Por ejemplo, uno de los puntos más conflictivos es la ciudad de Gostómel. Allí vivía Natalia, que tuvo que huir hace una semana: “En Gostómel hablo con mis antiguos vecinos y me dicen que continúan los combates. Allí hay un aeropuerto muy importante”.
Ahora se encuentra a unos 50 kilómetros de Kiev donde la situación parece que está más tranquila.
En el lugar en el que está Natalia las milicias urbanas, las conocidas como brigadas de defensa territorial, se encargan de defender la zona.
Por último, en Kiev, a 70 km del centro, vive Andrés. Con 66 años ha decidido alistarse al ejército como reservista para defender a su país. Nos cuenta que esta guerra no se parece en nada a la que nos podríamos imaginar.
Pasamos, entonces a la zona noroeste a la ciudad de Járkov. Vive los peores bombardeos.
Continuamos por el sur que es quizá donde ahora, Rusia, concentra todos sus esfuerzos. Las tropas de Moscú ya han entrado en la ciudad de Jersón y la controlan. La inteligencia de Reino Unido confirma la presencia de tropas en la ciudad, pero subraya que la situación militar “permanece poco clara”. La ciudad es un punto estratégico sobre la costa del Mar Negro.
En Jersón, se encuentra Anna. Una joven ucraniana que estudiaba español en la universidad. Esta ha sido la única mañana en la que han podido salir a hacer la compra. Anna necesitaba ir al súper y se ha encontrado a las tropas rusas. Una situación que, sin duda, le provoca un gran miedo. Ya no se imagina cuando acabará este infierno.
Y si seguimos por el suroeste, llegamos hasta la ciudad de Odesa. Allí está el mayor puerto ucraniano con salida al Mar Negro. Es un punto clave que le interesa conquistar a Rusia porque le daría pleno control sobre la orilla norte de este mar. Allí los milicianos están viendo como numerosos vehículos anfibios rusos tratan de entrar en la ciudad. Nos lo cuenta Román. Este ucraniano vivió durante 14 años en España y tiene una hija de 9.
Sin embargo, Roman es consciente de que la situación está mucho más controlada que en otros puntos del país. Roman vivía en el noveno piso de un edificio cerca del mar. Ha decidido mudarse por el miedo a los proyectiles. Esta es la situación que se vive en un país en Guerra. Muchos ucranianos se han desplazado de sus hogares, otros resisten encerrados en sus casas y muchos combaten en las calles por las que antes paseaban y vivían en paz.