Lucía y Nicolás, entre los 111 estudiantes llamados a liderar el futuro: “Sin esfuerzo el talento no sirve"

Lucía y Nicolás son dos jóvenes, ella tiene 24 años y él 22. No se conocen entre sí pero comparten dos cosas: uno, están entre los 111 estudiantes más brillantes de nuestro país; y dos, su pasión por el baloncesto. “A mi me conocían como Lucía la del baloncesto”, nos cuenta Lucía, que ordenó toda su infancia entorno a este deporte y que le ayudó a educarse en valores como el compañerismo, el respeto o la disciplina. Al igual que a Nicolás, pero en su caso, le ayudó a forjarse en el esfuerzo porque él “jugaba como banquillo derecho”, algo que le ayudó a superarse cada día para poder salir a jugar. Lucía y Nicolás son dos claros ejemplos de que el talento se empieza a construir desde pequeños y con esfuerzo.

“Hay que ser consciente de que sin trabajo poco se puede hacer”

Lucía ya es ingeniera biomédica, tiene dos másters, y está empezando el doctorado, todo con 24 años. En el caso de Nicolás, él aún está en la carrera, estudia un doble grado en Ingeniería de Telecomunicaciones y Business Analitics, y todo eso, lo compagina dirigiendo una empresa, una pequeña startup que comenzó cuando terminó el colegio que ponía en contacto a alumnos y profesores particulares.

Desde pequeños, los dos destacaban en los estudios, tenían facilidad para determinadas asignaturas, entendían mejor los conceptos más complejos. En el caso de Nicolás, él no era consciente de todo ello y su único secreto era estudiar las máximas horas posibles. “De tanto estudiar y practicar los ejercicios se me quedaban con mucha facilidad”, asegura Nicolás.

Lucía, en cambio, sí que conocía un poco mejor sus capacidades pero sabía (y sabe) que la única manera de mantener esos talentos es a través del trabajo. Por eso Lucía dice que “hay que ser consciente de que sin trabajo poco se puede hacer”. Los dos se rigen bajo la misma máxima: “el trabajo vence al talento cuando el talento no se trabaja”.

Además, Nicolás y Lucía han decidido exprimir todos sus esfuerzos en hacer de este un mundo mejor. En el caso de Nicolás ha decidido “aparcar” sus estudios para organizar una gala solidaria en su colegio: “La manera de llenarnos es dándote a los demás”.

En el caso de Lucía, junto con un grupo de amigos, ha montado una iniciativa llamada Hera Tecnology. Con ella, pretenden dar visibilidad a los problemas de salud mental que hay en nuestra sociedad. “Como yo hay gente que su vida hace mucho más que yo, penemos en los sanitarios durante la pandemia”. Su doctorado, su ingeniería y sus dos másters le han permitido conocer a fondo posibles soluciones y ha llegado a la conclusión de que lo mejor es difundir y dar a conocer esta realidad.

Nicolás y Lucía, como te decía al principio, no se conocen pero tienen en común (además de su pasión por el baloncesto) que están entre los 111 estudiantes más brillantes de nuestro país. Esta es una lista que elabora Nova, la red de jóvenes de alto potencial para maximizar su potencial y ayudar a los jóvenes a convertirse en la mejor versión de sí mismos.

“La manera de llenarnos es dándote a los demás”

Los dos tuvieron que pasar un proceso de selección muy escrupuloso que NO solo se fijaba en las capacidades intelectuales de los alumnos sino también en las ganas que tenían que de ser partícipes de un cambio en la sociedad. Es, básicamente lo que busca Ramón Rodrigáñez al fundar Nova Talent: “El líder del mañana piensa antes en los demás que en él mismo, y por tanto ese ese deseo de impacto positivo en los demás es lo que define a estos estudiante”.

Un altruismo encarnado en las figuras de Lucía y de Nicolás, y los otros 109 estudiantes que conforman esa lista. Una lista que preparará a todos estos estudiantes para ser líderes del futuro, y darles todas las oportunidades posibles. Por eso Nova cree que es importante es hacer más meritocrático el acceso a las oportunidades. "El objetivo de esa lista es darles la herramientas para que en el futuro lideren una sociedad mejor para todos”, asegura Ramón.

Esta es la historia Nicolás y Lucía, pero también la de Víctor, Teresa, Silvia o Sergio. Todos ellos son personas normales y corrientes, con sus aficiones, con sus amigos, también por supuesto con sus problemas. Pero también con ganas de cambiar el mundo, y por eso están en la lista de los 111 estudiantes más brillantes de nuestro país. En definitiva, los líderes del mañana.