Operan del corazón con éxito a un bebé de tan solo 1.310 gramos en un hospital de Barcelona

La Unidad de Arritmias del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona ha logrado operar con éxito a un bebé de tan solo 1.310 gramos que sufría hasta 300 pulsaciones por minuto, se trata del bebé más pequeño del mundo a quien se le ha realizado una ablación cardíaca.

El feto sufría una taquicardia incesante que obligó a los médicos a avanzar el parto a la semana treinta de gestación. Una vez tenían a la pequeña fuera, los médicos introdujeron un catéter por la vena femoral, de menos de un milímetro de diámetro, hasta llegar al corazón.

En 'Mediodía COPE' nos ha acompañado Georgia Sarquella, especialista en cardiología e integrante del equipo médico que ha llevado a cabo la operación. Ha contado que en esta ocasión el caso se detectó muy temprano: "A la semana veinte de embarazo ya se detectó que empezaban a ser taquicardias incesantes que llegan a poner el corazón a 300 pulsaciones por minuto", por ello decidieron actuar: "Ya se iba viendo que el bebé estaba sufriendo y que precisaba de hacer algo mas".

María, que así se llama la pequeña, recibió dentro del útero materno, a través de la placenta, varios fármacos que no permitieron curar la enfermedad, continuaba sufriendo insuficiencia cardíaca: "El corazón se iba dilatando y el bebé empezaba a tener signos de que algo estaba fallando". "Se pone sobre la mesa la situación de que tenemos que intentar proseguir y a lo mejor llegar a una muerte fetal o provocar una cesárea, es decir, un parto prematuro asumiendo las complicaciones”.

Desde Zaragoza, la pequeña fue trasladada al Hospital Sant Joan de Déu Barcelona para ser sometida a una ablación cardíaca por parte del equipo de la Unidad de Arritmias, un procedimiento que los electrofisiólogos utilizan para destruir el tejido eléctrico del corazón responsable del ritmo cardíaco anormal. La doctora Georgia nos lo explicaba de manera más coloquial: "A veces explicamos a los niños, para que lo entiendan, que es como un espagueti mágico que colocamos por la vena y que vamos hacia el corazón".

La dificultad que plantea esta técnica es muy elevada y requiere de una gran precisión, en el caso de un bebé prematuro porque la vena por la que los cardiólogos han de introducir el catéter tiene un diámetro de menos de un milímetro y el corazón donde tienen que realizar la ablación mide apenas dos centímetros. Georgia Sarquella comentaba además, otra dificultad: "Otro hándicap que vivimos en el mundo de la pediatría es que no existen herramientas para niños, es ser como MacGyver continuamente".

La intervención se llevó a cabo con éxito el pasado 4 de enero por un equipo de profesionales integrado por cardiólogos, neonatólogos, anestesiólogos y enfermeros: "De hecho María ya está curada, va a ser un bebe completamente normal. A nivel cardiológico tiene un corazón impecable y además es preciosa, lo tiene todo".