La publicación del libro de Bretón divide a los libreros en España: "No es censura, es la decisión de lucrarse o no lucrarse"

En 'Mediodía COPE', el presidente de la Asociación de Papelerías y Librerías de Córdoba, pone voz al resto de libreros de la ciudad en la que vive la víctima, Ruth Ortíz

Imagen de Bretón durante el juicio por el asesinato de sus hijos
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Mediodía COPE

El libro de Bretón divide a los libreros, como a la sociedad: ¿A favor o en contra de venderlo?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Es el libro del que todo el mundo habla, el que más controversia ha suscitado en los últimos tiempos. Se titula El Odio. Está firmado por Luis G. Martín y está basado en el caso de José Bretón,  condenado por el asesinato salvaje, brutal de sus dos hijos. 

Un libro que tendría que estar ya en las librerías y que, sin embargo, su editorial Anagrama ha decidido dejar de distribuirlo indefinidamente. Una decisión que viene motivada por la intensa batalla judicial que ha iniciado la madre de los niños, Ruth Ortiz, porque no ha sido consultada ni avisada en ningún momento sobre el contenido de esta obra, por lo que nada más conocer que se iba a publicar solicitó su paralización para considerarla una intromisión ilegítima al derecho al honor, intimidad y propia imagen de sus hijos. La Fiscalía de Menores  de Barcelona avaló esta petición, pero un juzgado de Barcelona después lo rechazó.

La Fiscalía de Menores de Barcelona recurrió entonces esta decisión ante la Audiencia Provincial de la Ciudad  Condal y, como señal de respeto por esta petición de medidas cautelares, la editorial ha dado marcha atrás y ha decidido no distribuir la obra. Y eso que en un primer momento había defendido encarecidamente su derecho a la libertad de creación literaria. Pero es que este libro plantea otro tipo de aristas judiciales.

Porque la sentencia por asesinato que se dictó contra Bretón hace ya 11 años incluía la prohibición del condenado de acercarse y comunicarse con Ruth Ortiz y su familia por cualquier medio durante 21 años por cada delito de asesinato, algo que se habría violado con la publicación de este libro, de ahí que Ruth haya denunciado a Bretón por posible quebrantamiento de condena. En concreto, por las partes del libro que se han difundido en algunos medios de comunicación donde se cuentan intimidades de los niños sin el consentimiento de la madre y detalles del crimen.

Bretón critica además a Ruth, a la madre, incluso la llega a culpabilizar, de alguna manera, de lo que él hizo. Hechos que constituyen un delito de violencia de género, de malos tratos y de violencia vicaria, además del daño psicológico que le ha provocado a la madre la edición y distribución del libro. 

Y mientras esta contienda judicial sigue su curso, se ha desatado paralelamente una división de opiniones entre los libreros de toda España. La cuestión es, claro, si vender o no vender el libro en sus tiendas. Una división que ha sido desde luego mucho más palpable en Córdoba, la ciudad donde se cometió el crimen y donde vive actualmente Ruth Ortiz.

La división de los libreros al enfrentarse a la venta del libro

José Luis Duval, presidente de la Asociación de Papelerías y Librerías de Córdoba, pone voz al resto de libreros de la ciudad en Mediodía COPE, sobre todo a los que no querían, como él, vender el libro. "Nos ha afectado directamente, hablando con algunos compañeros me han dicho, directamente, que no se vende el libro de ninguna de las maneras por no hacer daño a esta familia".

José Luis cree que la retirada del libro ha venido más motivada por el proceso judicial que se ha abierto que por su iniciativa de no venderlo, pero pide respeto también para aquellos libreros que sí habían optado por tenerlo en sus estantes, aunque eso sí, sin hacer promoción del libro. "Esto no es censura, esto es una decisión personal de no lucrarse o lucrarse de la venta de un libro en función de tus pensamientos. No tiene nada que ver con la censura", asegura.

Y, los que decidieron venderlo, digamos, que "se basan un poco en que hay libertad de publicación, no lo voy a publicitar, pero lo voy a vender porque la libertad está ahí y que al final la libertad la tenga el lector, el último de la cadena que es el que lo va a comprar y que va a decidir si ese libro a lo mejor ha tenido que publicarse o no".

De todos modos, a José Luis no le extraña nada esta división que ha surgido en el gremio porque en el fondo refleja la misma división que hay en la sociedad. "Se entiende que se está muy dividido porque al fin y al cabo, si  se pregunta a la población, piensan igual. Muchos dicen, pues mira, esto se tiene que haber publicado por lo menos para leerlo y decir, oye, pues sí se tiene que haber publicado o no se tiene que haber publicado. Y hay otros que dicen que directamente, pues mira, pues no porque hace daño directamente, en este caso, a esta familia cordobesa que aunque haya pasado unos años es muy reciente y nos hizo tanto sentir mal aquí en Córdoba". 

En el libro, José Bretón reconoce por primera vez su crimen, algo que no hizo durante el juicio, aunque no hizo falta porque las pruebas eran abrumadoras, y lo ha hecho después de intercambiar con el autor, con Luis G. Martín, más de 60 cartas e innumerables llamadas telefónicas. Esta obra es la última que se une a la corriente que existe hoy en día, que está en boga de ponerse en contacto con autores de crímenes execrables, impactantes, para luego recrearlos en un libro o en una serie. Con todo ello, al final, se ha abierto debate muy amplio.

Se ha abierto debate muy amplio. Hablamos del interés de la gente que no suele coincidir con el interés de las víctimas, que con relatos como este se les obliga a revivir su dolor.  Le ocurrió también a Patricia Ramírez, la  madre del pequeño Gabriel Cruz, el pascaíto, que consiguió paralizar el documental que se quería hacer sobre la muerte de su hijo con la colaboración de su asesina, Ana Julia Quezada.

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