Llevo 17 años adiestrando perros y esto es la pregunta que tienes que hacer al adoptar: "Es muy importante"
Juan Carlos Castilla, director y fundador de la adiestradora canina Noblecan, ha rehabilitado a más de 11.000 en su carrera
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El proceso de adoptar un perro es un acto de generosidad y amor, pero también de responsabilidad. Juan Carlos Castilla, director y fundador de Noblecan, una de las adiestradoras caninas más prestigiosas de España, lleva más de 17 años dedicándose a la rehabilitación de perros y ha ayudado a más de 11.000 animales en su carrera. Según su experiencia, la clave para una convivencia armoniosa entre el perro y su nuevo hogar comienza mucho antes de la adopción. La primera pregunta, asegura, debe ser: "¿Tengo tiempo, dinero, espacio y paciencia para cuidar de un perro?".
La adopción de un perro, sobre todo si proviene de una protectora, es una decisión que no solo cambia la vida del animal, sino también la de la familia adoptante. Por eso, Castilla insiste en que, antes de tomar esta decisión, es fundamental reflexionar sobre el estilo de vida de cada miembro de la casa y si este es compatible con las necesidades del perro. "Cada perro tiene su propia energía, personalidad y ritmo, por lo que es esencial elegir uno que se ajuste a nuestro propio estilo de vida", explica Castilla.
Muchas personas se acercan a la adopción de un perro con la idea romántica de tener una mascota que sólo les proporcionará alegría y cariño. Sin embargo, como apunta Castilla, "un perro es más que una mascota, es un compañero de vida". Esto implica que la educación y la convivencia deben ser una responsabilidad compartida por todos los miembros de la familia. "No se puede permitir que una persona en la casa se encargue de unas tareas y otra de otras, ya que esto puede generar conflictos y afectar al comportamiento del perro", advierte el experto.
A lo largo de su carrera, Castilla ha observado que las disputas dentro del hogar, incluso en lo que respecta a la manera de educar al perro, pueden tener consecuencias graves. Los perros, al igual que las personas, perciben las tensiones familiares y esto puede trasladarse a su comportamiento, afectando su bienestar emocional.
Traumas y comportamientos problemáticos
La situación se complica cuando se adopta un perro que ha pasado por experiencias traumáticas, como es el caso de muchos perros que vienen de la calle. Si bien las protectoras realizan un trabajo admirable, algunos animales arrastran secuelas de su pasado que pueden dificultar su adaptación a la nueva vida familiar. En estos casos, "el trabajo de rehabilitación debe ser llevado a cabo por un profesional", asegura Castilla, quien recalca la importancia de observar desde el primer momento las reacciones del perro ante ciertos estímulos.
Los signos más comunes de un perro con traumas incluyen la ansiedad por separación, la agresividad o los miedos irracionales. En su experiencia, la rehabilitación de perros con este tipo de problemas puede lograrse en poco tiempo, siempre que se cuente con el enfoque adecuado. "La mayoría de los perros son muy inteligentes y se adaptan rápidamente, pero a veces su comportamiento es una respuesta a inseguridades o malas experiencias vividas", añade.
A lo largo de los años, Juan Carlos Castilla ha aprendido que el éxito en el adiestramiento y rehabilitación de perros depende en gran medida del vínculo emocional que se crea entre el animal y su tutor. "Todo empieza con nosotros, sus tutores. Es fundamental conectar emocionalmente con el perro, ya que eso es lo que marca la diferencia en la relación", afirma Castilla.
En este sentido, recalca que los perros captan la energía de su tutor. Si el propietario es nervioso, ansioso o impaciente, el perro también lo será. Por el contrario, si el tutor es calmado y constante en sus métodos de educación, el perro responderá de manera similar. "La calma y la paciencia son las claves del éxito", apunta el director de Noblecan.
La relación con los niños y la educación de cachorros
Uno de los aspectos más positivos de tener un perro en casa es que también ayuda a los niños a desarrollar valores como el respeto, la responsabilidad y el cuidado de los animales. "Es fundamental que los niños se involucren en la educación del perro, pues esto les enseña a tener buenos valores y, en el futuro, les ayudará a ser personas más respetuosas con los animales", asegura Castilla.
Con respecto a los cachorros, el experto señala que la educación debe comenzar desde el primer día, especialmente en lo que respecta a hacer sus necesidades fuera de casa. "Es fundamental ser paciente, observar los horarios en los que el cachorro necesita salir y premiar el comportamiento correcto", aconseja.