Y... ¿esa pregunta?
¿Te has preguntado alguna vez por qué nos despertamos antes de que suene el despertador?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La primera pregunta de hoy viene de la mano de Carmen, de Zamora: “¿por qué nos despertamos justo antes de que nos suene el despertador?”.
Bueno pues, al parecer, esto no nos lo hemos preguntado solo nosotros; pues existen un montón de estudios que intentan explicar por qué nos ocurre esto. Uno de estos estudios es el de Luciano DiTacchio, profesor del Departamento de Farmacología, Toxicología y Terapéutica de la Universidad de Kansas. Luciano dice que las plantas, los insectos y los humanos funcionamos mediante relojes internos. Y precisamente gracias a este reloj interno, que se sincroniza con el ciclo de la luz natural, somos capaces de despertarnos cuando es de día, y de dormirnos cuando es de noche.
En la investigación de Luciano, se habla de un gen, el gen KDM5A o el “gen despertador”. Luciano dice que “el gen no está fabricado con piezas mecánicas sino con componentes moleculares, pero tiene el mismo funcionamiento que un reloj”. Además a todo esto se asocia una hormona, la ACTH, (que está relacionada con el estrés) que es la encargada de avisar a nuestro cerebro de si es hora de dormir o no. Así que cuando llega la hora, nuestra presión arterial y frecuencia cardíaca disminuyen y hacen que nos sintamos más cansados y viceversa, cuando es hora de despertarse, la hormona aumenta la frecuencia cardíaca. Así que si seguimos una rutina pues esta hormona lo que hace es subir los niveles justo antes de que suene el despertador, y por eso nos despertamos antes.
Es importante también dejar claro que esto no le ocurre a todo el mundo; depende de cada cuerpo (de cómo funciona esta hormona en nuestro cuerpo).
La conclusión más simple es la siguiente: nuestro cuerpo es muy listo y, como odia el sonido del despertador, se despierta justo antes de que suene.
La siguiente pregunta es de Uxío, de Galicia: “¿puede un gallo violar a una gallina?”.
Esta pregunta que nos hace Uxío viene por todo el revuelo que generaron, en las redes sociales, las activistas de Almas Veganas, que dijeron que “separaban a las gallinas de los gallos para que no las violaran”. Esto ha generado tal debate que los niños pequeños se empiezan a preguntar si esto puede pasar realmente.
Hablar de violación entre animales es un poco raro, teniendo en cuenta que el término “violar” hace referencia única y exclusivamente, a los seres humanos. De hecho, la Real Academia Española define esta palabra así: “Tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento”.
Y lo cierto es que, por ahora, el derecho, aunque sí ampara a los animales, no determina cuándo se encuentra privado de sentido, ni mucho menos de discernimiento. Además hay que tener en cuenta que los animales copulan para procrear y que la especie no se extinga, aunque hay estudios que dicen que hay algunos animales que también sienten placer. Pero para responder mejor a esta pregunta, he contactado con la psicóloga Chelo García y nos ha dicho que “un gallo no puede violar a una gallina porque es un concepto humano y no tiene conciencia, es una conducta natural”. Es un concepto humano, y os humanos sabemos cuando estamos haciendo algo mal; pero los animales no, porque se mueven por los impulsos y por el instinto.
Y la última pregunta de hoy: “¿por qué cuando ventilan las habitaciones siempre hay moscas debajo de las lámparas?”. Las moscas pueden llegar a ser muy pesadas; ya no es solo por su ruido, que puede llegar a ser insoportable. Pero con eso no les vale no, es que hay algunas que incluso se hartan de molestarte y de morderte. Estés donde estés, Madrid, Galicia, Valencia... Como abras la ventana un segundo, ya tienes la casa llena de moscas. Parece que están todas ahí esperando en el marco de la ventana a que la abras.
El caso es que claro, cuando aireas la habitación las moscas entran tan contentas y lo primero que hacen es ir a las zonas que están un poquito más calentitas que el resto. Imagino, y esto ya es mi opinión, que, como a las moscas les atrae el calorcito, de hecho en invierno se esconden (por eso casi no vemos en esa época del año a las moscas), pues ellas van a la bombilla porque está más calentita que el resto de la casa.