Un científico aclara "la hipocresía" de los biocombustibles y por qué producen bio hambre: "Subida de precios"

Los biocombustibles han surgido como una alternativa verde a los combustibles fósiles que para muchos representan una panacea ante la actual crisis climática. Pero ¿realmente lo son? Fernando Valladares responde a esta pregunta de Carlos Moreno 'El Pulpo' en Poniendo las Calles y explica lo que es el "bio hambre".

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Un científico aclara la hipocresía de los biocombustibles y por qué producen bio hambre

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"Los biocombustibles son una cosa que suenan algo mejor de lo que son en principio", comienza anunciando el científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, "hay muchos tipos de biodiésel, bioalcoholes, bioetanol, biometanol, biobutanol, el biogás, los gases de síntesis y, por supuesto, esos biocombustibles sólidos tan comunes como la madera o el carbón".

El profesor de ecología en la Universidad Rey Juan Carlos establece "según la procedencia de esa materia orgánica" varias categorías: "Se ordenan en si son de primera generación, segunda, tercera o cuarta". "Ahí es donde tenemos que distinguir, porque pueden ser un ejemplo de hipocresía y no de llamarle a las cosas por lo que no son exactamente", señala.

A Carlos Moreno 'El Pulpo' le llama la atención de que hable de "hipocresía" y Fernando Valladares aclara que "pueden ser un obstáculo porque al dar la sensación de que son más verdes y ecológicos de lo que puedan ser, en realidad dificultan la puesta en práctica de estrategias realmente eficaces para combatir el cambio climático".

"Subida de precios"

El científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas destaca que la mayoría están "producidos de materia orgánica tipo aceites, azúcares que provienen de plantas como la soja, la palma, el aceite, la colza, el maíz, el girasol o la caña de azúcar". De esta manera, "pueden competir con la producción de alimentos".

De ahí nace "la idea de bio hambre": "No porque generan hambre, los biocombustibles presionan la subida de precios de los alimentos, se intensifica la competencia por la tierra y el agua, desalojan incluso a pueblos nativos de sus territorios y favorecen la deforestación".

Fernando Valladares apunta además que tanto los de primera como los de segunda generación "tienen una pequeña trampa con el balance de CO2" y que considerando los ciclos de vida de los combustibles, al final no parece que sea muy positivo: "El truco está en considerar que estos biocombustibles son un círculo perfecto".

"Un círculo cerrado en el que las plantas capturan el CO2 de la atmósfera y lo almacenan, nosotros lo quemamos y lo devolvemos a la atmósfera en un círculo cerrado", apunta el profesor de ecología en la Universidad Rey Juan Carlos, "pero hay un transporte, un procesamiento de los vegetales... En todo eso hay muchísimas emisiones".

"La hipocresía" de los biocombustibles

Por poner un ejemplo, Fernando Valladares explica que el del "aceite de palma": "Cuando se hacen los biocombustibles a partir de aceite de palma, las emisiones netas son tres veces más que las de diesel fósil o, para el caso, del aceite de soja son el doble.

"Se sigue evolucionando hacia la tercera o cuarta generación de biocombustibles, precisamente para atenuar algunos de estos problemas", expone el científico que también nos pide que "no nos llamemos a engaño, en realidad lo que hay es que quemar menos cosas, porque si quemamos, sean los combustibles fósiles, sean estos biocombustibles, al final el resultado neto es que se acumulan en la atmósfera".