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La ilusión de los más jóvenes en la primera novillada de San Isidro
El séptimo festejo de San Isidro anuncia a los novilleros Rafael González, Marcos y Fernando Plaza ante utreros del Conde de Mayalde.
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RAFAEL GONZÁLEZ
El novillero madrileño fue uno de los novilleros que más paseíllos trenzó el paseíllo en la plaza de toros de Las Ventas el pasado año cortando una oreja en cada uno de los dos primeros festejos en los que actuó en esta plaza. Esta campaña ya inauguró la temporada venteña en el festejo inaugural. Este 2019 lo inició triunfando en la Feria de San Blas de Valdemorillo después de un 2018 en el que hubo triunfos en ciclos de novilladas como Villa del Prado, San Agustín del Guadalix o Guadarrama. En El Albero adelantó que este año tomará la alternativa.
MARCOS
El madrileño, hijo del empresario Maximino Pérez y nieto del recordado ganadero Domingo Hernández, vuelve también a Las Ventas, plaza donde ya actuó en dos ocasiones el pasado año aunque sin premio tangible. Este año cortó una oreja en Valdemorillo y pasó sin suerte por Valencia. Torero de corte campero, busca un triunfo que le mantenga el crédito ante una temporada clave en su futuro más inmediato.
FERNANDO PLAZA
El tercer novillero madrileño de la terna es una de las revelaciones del escalafón esta temporada fruto a la actuación que firmó el pasado 1 de mayo en la plaza de Las Ventas. Una tarde de debut en este coso en la que dio una vuelta al ruedo. Hijo del subalterno Fernando José Plaza, su toreo puro y clásico impactó por sus formas a los aficionados de Las Ventas. Necesita el triunfo para consolidar su nombre a las principales ferias de novilladas de este año.
LA GANADERÍA: CONDE DE MAYALDE
El hierro toledano es ya un clásico en las novilladas de la Feria de San Isidro de los últimos años. El juego noble y enclasado de sus ejemplares ha provocado que su nombre se haya hecho imprescindible para los más jóvenes. Proviniente de reses de Juan Pedro Domecq y El Ventorrillo, la ganadería del Conde de Mayalde lidió en 2018 una novillada en Madrid a la que Toñete le cortó una oreja bajo el diluvio.