'Dei Verbum', la constitución dogmática aprobada en el Concilio Vaticano II que habla de la Divina Revelación
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Esta semana el periodista y sacerdote Josetxo Vera aborda en 'Siempre aprendiendo' la constitución dogmática 'Dei Verbum' aprobada en el Concilio Vaticano II. Un documento que marca la vida de la Iglesia hasta nuestros días. Es una constitución dogmática que habla sobre la Divina Revelación, aprobada poco tiempo antes de concluir el Concilio.
La ‘Dei Verbum’, aprobada por unanimidad por los cardenales y obispos presentes (de los 2.350 votantes, solo 6 no estuvieron de acuerdo), hace referecnia a cómo Dios, con su Divina Revelación, se acerca a los hombres. A lo largo de la historia, a través de gestos y palabras, se ve cómo Dios se acerca al hombre. Vive cerca de nosotros. El Concilio Vaticano II estudia cómo fue ese acercamiento, cómo se realiza la Divina Revelación.
Es el documento que más cualifica al Concilio, por los principios que condiciona la reflexión teológica. El documento tuvo vicisitudes a lo largo del proceso, con hasta seis redacciones diferentes Hay dos puntos importantes. En primer lugar, qué es la revelación (Dios se revela al hombre y se acerca a él para mostrarse) y, en segunda lugar, cómo se transmite la revelación.
¿Qué es la Divina Revelación?
La 'Dei Verbum' expresa que es una auto manifestación de Dios. En medio de la historia, Dios se hace visible. Primero en el pueblo de Israel. Esa revelación de Dios culmina en Jesucristo, que es como la clave de bóveda de la revelación del Señor. Esa revelación aparece en la Sagrada Escritura.
¿Cómo se transmite esta revelación?
El punto de partida en el Concilio de Trento, se hablaba que la revelación en la Sagrada Escritura se entendía en la tradición de la Iglesia. Había una segunda fuente que podía incorporar nuevos elementos a la revelación. Esta doble fuente de la revelación, tenía su origen en que la Reforma Protestante establecía que la sola escritura era la revelación completa, y lo que venía después era un añadido que no era revelación.
El Concilio Vaticano II hace una mirada a cómo puede ser la revelación. Define mejor el concepto de tradición y supera el dualismo de las dos fuentes que imperaba hasta entonces. La solución que busca es que la escritura y la tradición brotan de un mismo manantial y tienden al mismo fin, ya que forma la norma suprema de la fe.
Los seis capítulos que integran la 'Dei Verbum'
El contenido de la 'Dei Verbum' pone de manifiesto que lo que cuenta está en continuidad con lo manifestado por los padres de la Iglesia y los Concilios de Trento y Vaticano I. No rompe la tradición de la Iglesia, no se habla de un nuevo dogma, sino que es continuidad.
A partir de ahí salen los seis capítulos
1) Se afronta el tema de la revelación. Hacen una lectura bíblica de la revelación. Desea revelarse delante de cada hombre y se manifiesta antes los hombres con hechos y palabras.
2) Se trata de cómo se transmite la revelación, que significa la tradición en este contexto. Supera el dualismo de las dos fuentes que hasta entonces estaba presente: la Sagrada Escritura y la tradición dela Iglesia. En este capítulo se explica cómo encajan ambos en una única revelación.
3) La inspiración de la Sagrada Escritura. Establece que es revelación de Dios realizada de manos humanas. En la carta de San Pablo, por ejemplo, expresa el querer de Dios, por ejemplo. El hombre que escribe está inspirado por Dios.
4 y 5) Hablan del Antiguo y Nuevo Testamento y las alianzas.
6) Aborda los criterios fundamentales en los que la Iglesia se atiene para relacionarse con la Sagrada Escritura.
En cuanto al modo de la revelación, el Concilio Vaticano II dice que se realiza por la acción conjunta de obras y palabras. Las obras de Dios en el Antiguo Testamento son por ejemplo los Éxodos, la cautividad, el destierro… Por su parte en el Nuevo Testamento se hace visible la revelación de Dios a través de la vida de Jesús como su predicación, sus milagros, su compasión, las parábolas…