Carta del arzobispo de Barcelona: «El Espíritu Santo, luz en el camino sinodal»

En la solemnidad de Pentecostés, el cardenal Juan José Omella recuerda que el Espíritu Santo es quien nos debe guiar en el camino sonodal en el que está inmerso la Iglesia

juanjoseomella

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El Espíritu Santo, que, como nos dice el Credo, es el «Señor y dador de vida» y «habló por los profetas», ya actuaba desde el comienzo del universo. Él preparaba en el pueblo de Israel la Iglesia de Cristo. Jesús, durante toda su vida terrenal, estuvo inspirado por el Espíritu Santo, quien se manifestó plenamente a los creyentes el día de Pentecostés.

Muy consciente de la presencia y misión del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo, el papa Francisco ha invitado a toda la Iglesia a recorrer el llamado «camino sinodal», como preparación del Sínodo de los obispos de octubre de 2023. Este itinerario se realiza en tres años y en tres etapas: la diocesana, la continental y la universal.

Nos encontramos ahora en la fase diocesana, que en Barcelona culminó el pasado 29 de mayo en una jornada celebrada en el colegio Maristas-La Inmaculada. El término «sinodalidad» significa «caminar juntos». En 2021, en la homilía de la misa de apertura del camino que estamos haciendo en el seno de la Iglesia, el papa Francisco centraba la atención en tres verbos: encontrar, escuchar y discernir. Esto es lo que queremos hacer y no solo ahora, sino que queremos que sea una manera de trabajar permanente en nuestras comunidades. Es un camino de renovación para escuchar lo que el Espíritu Santo dice a las iglesias.

Así pues, estamos llamados a realizar un ejercicio de discernimiento. El discernimiento es el quinto objetivo fundamental de nuestro Plan Pastoral Diocesano que estamos trabajando en este curso. Para alcanzarlo «debe tenerse un oído muy fino para saber escuchar al Espíritu y un corazón totalmente dispuesto para cumplir lo que nos dice». Para hacer lo que nos dice el Espíritu, «no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón» (Evangelii Gaudium 262). Se pide vivir una «mística de los ojos abiertos».

Queridos hermanos y hermanas, si queremos hacer el «camino sinodal» necesitamos, sobre todo, orar al Espíritu Santo. Lo podemos hacer con la oración que nos propone el Papa y que pide, entre otras cosas: «Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta, impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras, no permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos».

† Juan José Omella Omella

Cardenal arzobispo de Barcelona

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