Carta del obispo de Astorga: «Solo el amor lo ilumina todo. Sé Navidad, sé luz para los demás»
Jesús Fernández anima a los fieles de su diócesis a colaborar con Cáritas en estas fechas, a ser Navidad para los demás, «compartiendo lo que somos y tenemos»
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Próxima ya la celebración de la Navidad, las calles, los escaparates, los restaurantes, y hasta las oficinas y despachos se llenan de luces. No faltan tampoco en multitud de balcones y dentro de los hogares de mucha gente. Definitivamente, la Navidad es la fiesta de la luz.
Hace unos días, sin embargo, me encontré con una persona conocida y le pregunté si ya había decorado e iluminado su casa. Me respondió que, desde la muerte de su marido, hace ya cinco años, había dejado de hacerlo. “La soledad -me comentó- me llena de melancolía en estas fechas; se me han quitado las ganas de poner el árbol y las luces. Solamente coloco el Misterio sobre la mesa. Al ver a la Sagrada Familia, por momentos me parece que vuelvo a sentir el calor del hogar”.
A las sombras que experimenta Josefina y tantas personas que viven solas, se unen en el mundo otras sombras más fuertes: las de las guerras como la de Ucrania, las de las olas migratorias y las de los efectos de la pandemia. Otras obscuridades las vivimos más de cerca: la falta de trabajo y techo, la falta de salud mental, la crispación política y social…
Últimamente, estamos sufriendo una inflación que parece no tener fin. Llevamos 18 meses consecutivos en que el alza de los precios está poniendo en graves dificultades al 31, 5% de los hogares españoles, seis millones de familias, a las que les cuesta cubrir sus necesidades básicas de vivienda, alimentación y transporte. Especialmente obscuro lo tienen aquellas que viven de alquiler, las que tienen niños en edad escolar, las que no tienen ingresos estables o cuentan con algún miembro en paro.
Muy pronto vamos a celebrar una vez más un acontecimiento extraordinario: el nacimiento del Hijo de Dios. En medio de un mundo que estaba en tinieblas, se encendió una luz: la luz del amor de Dios que se hizo hombre para rescatarnos del mal, que se hizo pobre para enriquecernos a todos. Los que, por la fe y el bautismo, nos hemos convertido en sus discípulos, estamos comprometidos con la luz. Siguiendo al que se definió como la “luz del mundo”, no nos conformamos con encender las luces de colores, queremos denunciar el mal siendo profetas de la luz. Haciendo nuestra su generosidad, queremos ser Navidad para los demás, compartiendo lo que somos y tenemos.
Convencida de que “sólo el amor lo ilumina todo”, hace 75 años la Iglesia que peregrina en España creó la Confederación de Cáritas Española. Desde entonces, esta institución no ha dejado de iluminar desde el amor la vida indigna a la que tantas personas se han visto empujadas por las estructuras de pecado y las injusticias sufridas. También nuestra Iglesia particular de Astorga ha asumido el reto. Durante los últimos sesenta años, Cáritas Diocesana ha dado respuesta afectiva y efectiva a múltiples situaciones de pobreza y marginación construyendo, gestionando y acompañando residencias como la de Hogar 70, Valdegodos, San Lázaro y el Asilo de Astorga, centros como el de la Fundación CALS Proyecto Hombre Bierzo-León, Cosamai, el Taller de Discapacitados de La Bañeza, etc.
El compromiso de Cáritas ha sido y sigue siendo sin duda encomiable. Se trata de una labor que -como el Papa Francisco reconocía en la Audiencia concedida a Cáritas Española el día 5 de septiembre pasado- es reconocida por unos y otros. Pero, ¡queda tanto por hacer! ¡Son tantas las sombras que es preciso iluminar! La Campaña de Navidad que organiza Cáritas diocesana este año, además de solicitar el apoyo a las familias que sufren las consecuencias del alto coste de la vida, pide apoyo para el centro de acogida y tratamiento de personas con discapacidad “Las Cinco Llagas”, situado en Astorga. ¡Sé Navidad, sé luz para los demás! Que Dios te lo pague.
+ Jesús Fernández González
Obispo de Astorga