Carta del obispo de Léon: «Caminamos juntos mayores y jóvenes»
Luis Ángel de las Heras pone la mirada en la celebración de la II Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores y en la PEJ 2022 del próximo mes de agosto
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Queridos hermanos y hermanas:
La segunda quincena de julio y el comienzo del mes de agosto nos brindan este año una perspectiva de unidad entre mayores y jóvenes en la que “caminar juntos” será un ejercicio que traiga novedad y esperanza.
El papa Francisco ha querido que la IIª Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores, que celebraremos el 24 de julio, tenga un mensaje que nos ayude a reflexionar sobre este versículo del salmo 92: «En la vejez seguirán dando fruto» (Sal 92,15). El Papa afirma que el texto bíblico es una buena noticia que podemos anunciar, aunque vaya a contracorriente de lo que piensa mucha gente o de lo que sienten algunos ancianos con resignación y poca esperanza.
La ancianidad, con todas sus dificultades de comprensión y vivencia, es una etapa hermosa de la vida que también invita a seguir esperando, porque el Señor continúa dando vida y bendiciendo a quienes suman muchos años. Con Su gracia y bendición, cultivadas espiritualmente, se renueva la relación con Dios y con los demás para dar frutos de afecto y ternura, compañía y sabiduría, ayuda material e intercesión en la oración, protección y cuidado… Frutos que harán de los abuelos y las personas mayores artífices de la «revolución de la ternura».
A esta Jornada, en la que la Iglesia quiere festejar la vida cristiana abundante con los abuelos y mayores, le sigue la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ 22) con el lema «Joven, levántate y sé testigo. El Apóstol Santiago te espera», que tendrá su colofón en el encuentro del 3 al 7 de agosto en Compostela.
El papa Francisco ha afirmado en diversas ocasiones la necesidad y conveniencia de una estrecha relación de escucha y cercanía entre mayores y jóvenes. Lo propone incluso como una alianza en la que los jóvenes pongan de su parte la profecía del futuro, que no olvida la historia de la que provienen, mientras los ancianos ofrecen sueños trasmitiendo su sabiduría a los jóvenes, sin entorpecerles el camino (cf. Joel 3,1).
Los jóvenes peregrinan este Año Santo a Santiago de Compostela levantando el corazón y dando testimonio de la alegría del Evangelio. Muchos se disponen a llegar allí donde el abrazo del Apóstol Santiago les espera, donde el misterio del encuentro con Dios y cada persona les espera, donde la fraternidad y la comunión les espera… Donde Cristo vivo les colmará de amor, gozo y paz y les invitará a compartir con otros el tesoro encontrado.
El papa Francisco les dice a los jóvenes: «No ignoren la voz de Dios que los empuja a levantarse y a seguir los caminos que Él ha preparado para ustedes. Como María, y junto a ella, sean cada día portadores de su alegría y su amor».
Que Santiago, Amigo del Señor, interceda ante Dios Padre por los abuelos y mayores y por los jóvenes, para hacer realidad, cada vez más, la senda común. María, Madre de Jesús y nuestra, nos descubrirá la alegría profunda que su Hijo da a quienes le abren la puerta durante su peregrinación hacia el Reino que «no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí” o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros» (Lc 17, 20-21).
Con mi afecto y bendición.
+ Luis Ángel de las Heras, cmf
Obispo de León