Carta del obispo de Léon: «En nombre de Jesús»
Encontrar, escuchar y discernir, los tres verbos sinodales que, según explica Luis Ángel de las Heras, están conjugando en la visita pastoral en la que se encuentran inmersos
Madrid - Publicado el
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Como sabéis, estamos en Visita Pastoral. El día 25 de junio, D.m., celebraremos la clausura de la que comenzamos el pasado 23 de abril en el Arciprestazgo de San Marcelo. Se cumplirá entonces un tiempo relativamente breve y quedarán aún algunos encuentros pendientes para más adelante.
Como no puede ser de otro modo, la Visita Pastoral está enmarcada en esta exhortación a los colosenses: «Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús dando gracias a Dios por medio de él» (Col 3, 17). En nombre de Jesús visita el obispo y así es recibido. Cada encuentro comunitario y personal durante la Visita Pastoral es en nombre de Jesús y hemos de sellarlo como concluye el versículo citado: dando gracias a Dios por medio de Jesús. El Señor nos concede ser más agradecidos y descubrir su presencia en cada persona, en cada parroquia, en cada grupo, en cada cofradía, en cada asociación, en cada comunidad de personas consagradas, en cada acción espiritual, celebrativa, caritativa y apostólica.
De los tres verbos sinodales —encontrar, escuchar y discernir— los dos que más hemos conjugado durante la Visita Pastoral han sido los primeros, pues no hemos dejado de encontrarnos y escucharnos a la luz del Espíritu, en nombre de Jesús. El tercer verbo sinodal, discernir, se ha dado en el encuentro y la escucha, ayudándonos a abrir procesos que deberán dar frutos en adelante para cambiar aquello que sea necesario corregir o mejorar. Además, hemos conjugado el verbo acompañar, que es relevante en estos tiempos. Con el mismo espíritu, siguiendo la exhortación de la carta a los colosenses, en julio comenzaremos la Visita Pastoral en el Arciprestazgo Noroeste. Oremos ya por esta intención.
Dentro de la segunda quincena de junio, también en nombre de Jesús, un diácono recibirá el presbiterado; dos seminaristas, el diaconado, y un esposo y padre de familia, el diaconado permanente. Damos gracias a Dios por medio de Jesús por estos cuatro hermanos nuestros constituidos ministros ordenados al servicio de Dios y de su pueblo amado, fiel y santo, que peregrina en la diócesis de León. Y alegrémonos de corazón por estas ordenaciones.
Al terminar un curso pastoral en el que nos propusimos vivir y caminar “Junto a los ríos de la alegría”, demos gracias a Dios por todo lo vivido, en especial lo que nos ha ayudado e impulsado a buscar y experimentar la alegría del encuentro con Jesucristo y su Evangelio para compartirlo con otros, preferentemente con quienes padecen penurias, están en tinieblas o no hallan motivos para esperar ni para vivir. Por lo mismo, pidamos perdón por habernos dejado llevar de los canales de la tristeza, la nostalgia, la devastación o la desesperanza.
En el nombre de Jesús, gocemos de un final de curso pastoral agradecido y esperanzado, poniendo a Jerusalén en la cumbre de nuestras alegrías, porque el Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, invita insistentemente a la profecía de la alegría (cf. EG, 5).
Con mi afecto y bendición.
+ Luis Ángel de las Heras
Obispo de León