Sobrevivió a Auschwitz y al gulag de Siberia de niño: hoy es diácono
Witold Engel pasó por los campos de concentración nazis y soviéticos en su infancia hasta llegar a Estados Unidos, donde se ordenó diácono.
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Witold Engel nació en Stryj, Polonia. Cuando tenía tan solo tres años su familia fue capturada por soldados rusos. Fueron llevados como presos políticos al gulag de Siberia, uno de los campos de concentración de la Unión Soviética.
Daba igual si eras niño o adulto, no había diferencia, todos los judíos acababan en el mismo lugar: los campos de concentración. Pasaron unos largos y duros años hasta que, gracias a una persona anónima, consiguieron huir de esa barbarie.
Tras una larga travesía en duras condiciones, llegaron a Kiev, Ucrania. Allí, gracias a la ayuda de otra familia, lograron sobrevivir hasta que llegaron a su ciudad natal en Polonia. Su llegada coincidió con el auge y expansión del partido nazi en Alemania...y fuera de ella. Las tropas alemanas acabaron bordeando toda la ciudad polaca.
Un poco antes de la Navidad de 1942, en medio de un frío atroz, la familia oyó como unos camiones bordeaban su casa. Eran miembros de las SS, la policía secreta nazi. Llamaron a la puerta y se llevaron a toda la familia. La vida de Witold se volvía a torcer. Con tan solo 9 años regresaba a otro campo de concentración.
De los gulag a los campos de concentración nazis
Esta vez, fueron deportados al campo de Auschwitz y después al de Dachau. Campos nazis que fueron su "casa" durante unos largos y agónicos años. Con tan solo 9 años, su labor en el campo consistía en llevar a los muertos en carretillas hasta el crematorio.
El sufrimiento y la guerra seguían presentes en su vida, pero la fe también. Este joven nunca olvidó a Dios, siempre lo tuvo muy presente. Tanto es así, que se llegó a encarar con uno de los soldados de las SS. Witold recuerda cómo un prisionero sacerdote del campo de Auschwitz le dieron una paliza cuando descubrieron que guardaba un rosario.
Todavía recuerda cómo, al cruzar la puerta del campo de concentración, su padre le dijo que ese sería el lugar en el que morirían. Un joven Witold le preguntó a su padre “¿Qué hemos hecho?". Él le respondió: “Jesús no hizo nada, pero a él también lo mataron”.
La Alemania nazi empezaba a perder fuerza. Corría el año 1944. Witold llegó junto a miles de prisioneros al campo de Dachau. Poco después, fue liberado y junto a toda su familia, que también había logrado sobrevivir, se trasladaron hasta los Estados Unidos. Witold cruzó el oceano con 18 años y llegó a Nueva York, donde comenzó a rehacer su vida.
Años más tarde, habló con un sacerdote sobre esa llamada que sentía hacia Dios. Después de todo lo que había vivido, quería devolverle lo que Él le había dado. Sin embargo, no pudo ordenarse como sacerdote. Le dijeron que no hablaba del todo bien inglés y que era demasiado mayor. Se quedó decepcionado. Por ello, decidió ingresar en el Ejército de los Estados Unidos, donde sirvió durante seis años. Tiempo después, se mudó a California. Allí conoció a la que hoy es su mujer: Carmen.
Este testimonio, que recogen Religión en Libertad y Denver Catholic, narra la vida de Witold Engel. Un hombre que en 1999 vio cumplido su sueño de servir a la Iglesia y a Dios. En ese año, Witold fue ordenado diácono. En la actualidad, es un anciano de 85 años que nos sigue mostrando ese espíritu de entrega a Dios.