La foto que sedujo a Mariló Montero y la llevó a abandonar su casa de Madrid pese a 'Filomena': "Le enseñé"

La borrasca de nieve 'Filomena' que arrasó en forma de nieve buena parte de la Península la pasada semana en ciudades como Madrid o Toledo, dejó imágenes francamente bellas. Entre ellas, los clásicos muñecos de nieve o esculturas de personajes de ficción o sagradas. La periodista Mariló Montero quedó impresionada con la escultura de nieve de un Cristo crucificado.

Y el autor de esta escultura fue un sacerdote, el Padre Toño Casado, de la parroquia Nuestra Señora del Pilar, ubicado en pleno barrio de Salamanca en la capital de España. El artista nos ha atendido en Aleluya para contarnos qué tal fue la experiencia que dejó a todos los vecinos del barrio impactados.

“No es la primera escultura de nieve que hago, porque yo viví en la Patagonia, y allí nieva todos los días”, nos comenta mientras tomaba un autobús. El Padre Toño se define así mismo como sacerdote y artista, ya que además de escultor, es pintor y músico. Un hombre con multitud de inquietudes culturales.

El arte de la escultura le vino en su etapa de noviciado, cuando empezó a esculpir figuras de barro: “Hacía esculturas pequeñas de barro, y luego ya empecé con la música. También pinto y escribo canciones, he publicado libros...” Toda una eminencia.

Las esculturas las domina tanto en nieve como en la arena de playa: “Generalmente son esculturas de sirenas y seres mitológicos. También algún Cristo”, apunta este sacerdote afincado en Madrid pero natural de Salamanca, “donde hiela más que nieva”.

Sobre el grado de dificultad de esculpir una figura de nieve, nos explica que depende de cómo se comporten los elementos: “A diferencia del mármol o la madera, la nieve permite rectificaciones, pero tiene que estar en su punto de consistencia. Si está muy helada no se puede hacer, y si no es consistente tampoco”.

La escultura de nieve de un Cristo que Toño Casado hizo para el deleite de los vecinos

Su popularidad, como hemos comentado, se ha duplicado en la última semana, gracias al Cristo crucificado “de inspiración andaluza” que esculpió el pasado sábado 9 de enero en plena nevada en la capital de España. Su objetivo, nos confiesa, era hacer un regalo a sus feligreses y vecinos.

“Antes de la Eucaristía empecé a hacer la cabeza y, después de la misa, me quedé un rato trabajando con el resto del cuerpo. En total fueron tres horas de trabajo”, nos revela como restándole importancia a su arte.

Como no podía ser de otra manera, cada vez más vecinos se hicieron eco de esta obra de arte que había creado frente a la parroquia, en medio de una plaza desierta como consecuencia de 'Filomena': “Estos días ha habido peregrinaciones para ver la Cruz, pero no solo vecinos sino gente de otros sitios de Madrid. Hubo una escena muy bonita de una madre enseñando a su hijo ciego para que la tocara, también gente mayor... Se ha convertido en un símbolo de fe y esperanza”.

Mariló Montero ayudó al sacerdote a 'rematar' la escultura

Una de las personas que quedaron en shock al ver la escultura es popular. Se trata de la periodista Mariló Montero, que vive al lado de la parroquia. El Padre Toño Casado le mostró una foto de su creación, y ella no dudó en ayudar al cura a pulir la estatua: “Ella no entiende de escultura, porque es una gran periodista, pero le enseñé a pulirlo con agua. Lo vivió de una manera muy profunda”, explica el sacerdote.

Los efectos del hielo han hecho que la imagen ya se haya deshecho, pero Toño Casado quiso inmortalizar este momento con la publicación de un vídeo que circula por las redes sociales y Youtube, que incluye una canción compuesta por el religioso, 'Cruz de nieve'.

Finalmente, al ser preguntado por su predilección entre esculpir imágenes en nieve o arena de playa, optó por no mojarse: “Cada cosa tiene su momento y es especial. El mar acompañado con las olas inspira. La nieve es el silencio y es impactante para crear. La nieve y la arena son elementos sencillos y bonitos. Cuando ves las estatuas de nieve o de arena te das cuenta de la belleza de lo efímero, que todo pasa”, reflexiona el Padre Toño Casado.