El testimonio de Cristina: de una mala relación familiar o sufrir bullying a amar a Dios gracias a un cuadro
Tras una adolescencia difícil, Cristina Cons vivió una profunda conversión a los trece años, tras el nacimiento de su primera sobrina: "Era una hater"
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Cristina Cons pasó de odiar a su familia y a la Iglesia en su adolescencia a amar a Dios. No fueron aquellos años fáciles, ya que sufría bullying en la escuela y no se sentía querida por nadie: “Estaba rota por dentro. Estaba desesperada por sentir el amor, sentía que no valía nada y no era digna de que nadie me quisiese.
Para mostrar su infelicidad, esta gallega natural de Santiago de Compostela vestía siempre de negro, para mostrar “que por dentro se sentía muerta”. Su mala relación familiar, especialmente con su madre, le llevó a vivir con tan solo trece años con su tía.
Años después de aquel calvario, Cristina hoy vive por y para el Señor. Actualmente es educadora afectivo-sexual, imparte cursos y da charlas por España difundiendo la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II y orientando a adolescentes, jóvenes y educadores.
Su misión, como ella misma explica en una entrevista en ‘Mater Mundi TV’ es la de llevar por el mundo la “revolución del amor auténtico. Que los jóvenes descubran quiénes son en su ser mujer y hombre y también para descubrir lo que están llamados a ser. Que sepan amar, porque en estos tiempos están cosificando y usando a las personas. Y así el amor se desvirtúa. Se hace necesario reivindicar el buen amor según el modelo de Dios”.
La primera sobrina de Cristina Cons fue el inicio del cambio
Los problemas que arrastraba Cristina Cons desde su infancia le llevó a alejarse de Jesús y de la Iglesia, hasta el punto de sentir rechazo hacia ella. Tanto es así que el día que recibió la Primera Comunión, se prometió así misma “que jamás volvería a pisar una iglesia”.
En la entrevista a ‘Mater Mundi TV’, aseguraba que desde los siete u ocho años dejó de creer en Dios. Sentí rencor. Una actitud que, paralelamente, le alejaba de su entorno más cercano: “Era una persona avocada al desastre”.
Pero todo cambió cuando, a los trece años, nació su primera sobrina. Fue cuando Cristina experimentó un amor que nunca antes había sentido: “Me obsesioné con la idea de ser madrina de mi sobrina, pese a odiar a la Iglesia. Mis padres me propusieron ser madrina y aquello me ilusionó. Pero al no estar confirmada, el cura dijo que no podía ser”.
Ya no llegó a tiempo para confirmarse y ser madrina de su primera sobrina, pero su tía le instó a acudir a catequesis para recibir el Sacramento, por si en el futuro quería ser madrina de otro familiar cercano.
El cuadro que contempló Cristina y que cambió su vida
Cuando Cristina accedió a la sala donde se impartía catequesis, observó un cuadro de la Virgen María llorando. Sintió un tremendo impacto, tal y como revela en la entrevista: “Me transmitió pureza y bondad. Me preguntaba por qué lloraba. La vi reflejada en algunos aspectos de mi infancia, de cuando lloraba en mi cama por las noches. Me sentía sola. Fue cuando descubrí que Jesús y la Virgen siempre estaban conmigo”, relata.
A partir de aquel momento, Cristina Cons cambió radicalmente. Era consciente de que Dios existía y había dado la vida por ella: “Sentí un huracán en mí. Volví a nacer. Sentí una absoluta libertad.
A raíz de aquello, la relación con su familia se sanó, y retomó sus estudios: “Ya no odiaba a nadie, estaba ilusionada y estaba obsesionada con que todo el mundo conociera a Jesús. El primer día llegué al colegio gritando ‘¡Dios existe!’ Algunos compañeros seguían metiéndose conmigo, pero perdieron interés porque siempre sonreía y no les echaba cuenta. Empecé a hacer amigos. Mi familia flipó”, detalla Cristina.
Fue tal el cambió que experimentó, que algunos miembros de su familia también quisieron reconvertirse, por lo que decidieron, por ejemplo, entrar en un centro de desintoxicación para superar su drogodependencia: “Fue brutal el cambio en mi entorno”.
Alguno de mi familia consumía droga y me contó que cuando y me convertí, decidió meterse en un centro de desintoxicación para empezar a hacer ese cambio que yo hice. Fue brutal en mi entorno”.