Alejandro Pozo y César de la Hoz recibieron la confirmación días antes de subir a Primera con la UD Almería

La pasada semana la catedral de Almería acogió una nueva tanda de confirmaciones de alumnos del Colegio Saladares. Como invitados especiales estuvieron Alejandro Pozo y César de la Hoz, jugadores profesionales de la UD Almería y que se confirmaron días antes de ascender a Primera división con su equipo.

ECCLESIA ha podido hablar con Victor Montoya, el párroco con el que los futbolistas se pusieron en contacto para poder recibir la confirmación. Ha expresado que “los futbolistas siempre son como seres un poco distantes y casi de otra galaxia, pero en el fondo son dos muchachos, dos jóvenes que hablando un día con un miembro de mi parroquia, que está muy vinculado con la UD Almería, le manifestaron su interés por recibir el sacramento de la confirmación”.

“Los futbolistas normalmente, sobre todo a estos niveles son gente de fuera, y no tienen un vínculo social con la ciudad y con las parroquias como los que puede tener otro ciudadano. Este feligrés de mi parroquia les propuso venir a hablar conmigo para ver qué podíamos hacer. Estuvieron hablando conmigo y me transmitieron su deseo de recibir el sacramento de la confirmación. A Alejandro prácticamente le tocaba casi que por edad y César se quería confirmar se porque se va a casar pronto”.

En cuanto a los problemas a la hora de seguir la catequesis por su apretado calendario, Montoya explica que “me manifestaron las dificultades que tenían para seguir el proceso normal en un grupo de catequesis debido a los horarios que manejan y les propuse hacer una preparación especial algo más personalizada y así ha sido. Hemos tenido este tiempo de preparación durante unos meses”.

“Son hombres de fe y la tienen presente en todos los ámbitos de su vida”

“Me puse en contacto con el prefecto de la pastoral de la catedral y me comunicó las fechas en las que el obispo iba a hacer las confirmaciones en la catedral. Fue una cosa muy normal, quizás llama algo más la atención porque son futbolistas del Almería. Ellos querían crecer y terminar su iniciación cristiana y reconocieron que eran hombres de fe y esa fe la tienen presente en todos los ámbitos de su vida”.

Esta celebración tuvo lugar días antes del último partido de la temporada, en el que había mucho en juego para el equipo almeriense. “El obispo los amenazó en un tono jocoso y les dijo que si no ascendían les retiraba el sacramento. Gracias a Dios y con una serie de carambolas al final el Almería ha ganado la Segunda división y ha ascendido a Primera”.