El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, llama a reflexionar sobre la importancia de la Eucaristía: “Debemos cultivar el asombro eucarístico”

Lo ha hecho en una Carta Pastoral en la que también ha hablado sobre si existe un derecho constitucional a comulgar

Luis Argüello


Redacción Religión

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Monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha reflexionado sobre el valor de la Eucaristía y la importancia que tiene para los cristianos en la Carta Pastoral de la primera quincena de abril, titulada “Asombro eucarístico, respuesta a la banalidad”.

En ella ha hecho mención a lo que ocurrió hace dos semanas en una de las parroquias de Arroyo de la Encomienda (Valladolid), donde fueron sustraídas las Sagradas Formas eucarísticas del Sagrario y, para contar lo ocurrido, algunas personas comentaron que solo habían desaparecido las Formas y que “menos mal que no se han llevado nada de valor”.

El arzobispo de Valladolid señala que “este hecho ha de hacernos reflexionar sobre la importancia que damos a la Eucaristía y a la reserva eucarística, es decir, al Cuerpo del Señor”.

¿QUÉ ES LA EUCARISTÍA PARA LOS CRISTIANOS?

Desde fuera de la Iglesia dicen que “comulgar es un derecho constitucional”, o hay quienes valoran el robo de las Sagradas Formas como algo sin el valor para ser cubierto por una compañía de seguros o que merezca abrir un expediente policial. Ante esto, Monseñor Argüello, nos llama a pensar en nuestra propia actitud ante la Eucaristía, “la personal y la comunitaria”.

La Eucaristía es el sacrificio de Jesucristo que se entrega por nosotros de una manera eterna, permanente”, asegura Argüello, quien añade que se trata de “un banquete al que el Señor nos congrega como pueblo que va adquiriendo la forma misma del cuerpo de Cristo y en el que se anticipa el banquete al que somos convocados en el cielo”.

¿Cómo nos preparamos para acudir a la Eucaristía?”, se pregunta el presidente de la CEE: “Podríamos hablar de nuestra preparación remota que pide de nosotros examen de conciencia y, quizás, renovar el Bautismo para disponernos así para recibir al Señor”.

¿Cómo acogemos la Eucaristía después de comulgar?”, prosigue: “Hay un momento de recogimiento, de acción de gracias, de íntima adoración... Un agradecimiento que ha de ser acción concreta de entrega de la vida a lo largo de la semana, de gesto de servicio, de perdón, de comunión.

EL ASOMBRO EUCARÍSTICO

Luis Argüello apunta en la Carta Pastoral que los cristianos estamos llamados a cultivar el asombro eucarístico: “No nos acostumbremos a vivir la Eucaristía como un acto externo, devoto o de cumplimiento, sino como aquel acontecimiento sacramental real por el que participamos en la misma entrega de Jesús en la cruz”.

¿Cómo acogemos la Eucaristía después de comulgar?

Luis Argüello

Arzobispo de Valladolid (Abril 2025)

Si cultivamos el asombro eucarístico, aquellos que vengan a la celebración de manera intermitente, al ver a los comulgantes llenos del asombro eucarístico, quizás puedan preguntarse: ¿Qué pasa aquí?”, relata el arzobispo de Valladolid, quien añade: “¿Por qué su rostro se transfigura y se llenan de alegría? Porque el asombro eucarístico nos llena de alegría y nos dispone a seguir siendo peregrinos en el camino de la vida con una esperanza renovadísima”.