El cardenal Omella, en el funeral de Toni Vadell: “Toda la archidiócesis llora”

“¿Qué nos diría Toni en un momento como este?”. Con esta pregunta pronunciada en medio de la tristeza, el cardenal Juan José Omella ha querido destacar cómo el obispo auxiliar Toni Vadell era capaz de dar una catequesis hasta en “los momentos como este”. Así lo ha dicho en la homilía de la misa exequial que ha dado comienzo a las 11 de la mañana de este 14 de febrero, en la catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona.

El cardenal ha destacado como el prelado supo “llevar con gran dignidad humana y creyente, dándonos un ejemplo admirable de cómo debemos ponernos en las manos de Dios aceptando siempre su voluntad”.

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Vuelve a ver la Misa exequial de Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona

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Él sabía que se moría, ha revelado Omella: “

. Por eso, ha dicho, “unió su dolor al de Cristo, poniendo en sus manos su vida y todo su ser”.

Perdemos una gran columna

Con pesar, el cardenal ha expresado que “también el arzobispo, los obispos auxiliares y toda la archidiócesis llora, porque perdemos una «gran columna», y yo, personalmente, pierdo no solo una gran ayuda en mi ministerio pastoral, sino sobre todo un hermano pequeño al que quiero de corazón”.

El arzobispo de Barcelona se ha preguntado qué imagen o metáfora pondría ante nuestros ojos el obispo Vadell “porque siempre nos sorprendía en sus catequesis y predicaciones. Sin embargo, me atrevo a decir que elegiría dos iconos: Cristo en el lagar y la Virgen de Lluc”.

"Cristo y la Virgen de Lluc"

Cristo en el lagar, “en el recipiente donde se pisa o prensa la uva para obtener el mosto. En ese cuadro podemos contemplar el amor que Dios Padre tiene por nosotros, que no se conforma con enviar a su Hijo sino que, como describe la pintura, lo «tritura», haciéndolo vino para que, permaneciendo con nosotros, podamos decir: «Él se entrega por mí y yo me entrego por Él, ha explucado. Porque Toni “ha querido vivir su sacerdocio haciéndose pan, alimento, para los demás”. Ante la Virgen de Lluc, patrona de Mallorca, “sabía ponerse en sus manos como un niño se pone en el regazo de su madre. ¡Cuántas veces rezó a la Virgen de Lluc nuestro querido Toni! Hoy ante nuestra Madre, la Virgen María, rezamos y le pedimos que vuelva sus ojos misericordiosos hacia Toni, su madre, su hermano, su sobrina y toda su familia y que les muestre el fruto bendito de su vientre, Jesús nuestro Salvador”.

"Hermano, sigue trabajando desde el cielo"

El cardenal Omella ha concluido la homilía pidiendo al prelado “ que siga trabajando desde el cielo mientras nosotros avanzamos por este valle de lágrimas”.