Se cumplen 20 años de la beatificación por San Juan Pablo II de más de 200 mártires valencianos

Este jueves, 11 de marzo, se cumplen 20 años de la la beatificación por el Papa San Juan Pablo II de más de doscientos mártires valencianos de la persecución religiosa de 1936, a los que se refirió como “ejemplo de valentía y constancia en la fe”, y cuya intercesión imploró, ante los más de diez mil peregrinos valencianos que asistieron, para “una intención que lleváis profundamente arraigada en vuestros corazones: el fin del terrorismo en España”.

En una multitudinaria celebración en la plaza de San Pedro del Vaticano, el 11 de marzo de 2001, San Juan Pablo II elevó a los altares a un total de 226 mártires valencianos, entre sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas, personas casadas y solteras de varias profesiones, miembros de Acción Católica y de otros movimientos eclesiales, además de siete mártires más de otras diócesis españolas.

En su homilía, San Juan Pablo II alentó a mantener vivo el ejemplo de los mártires. “Su testimonio no debe ser olvidado. Ellos son la prueba más elocuente de la verdad de la fe, que sabe dar un rostro humano incluso a la muerte más violenta y manifiesta su belleza aun en medio de atroces padecimientos”.

Además, insistió el Papa en que “es preciso que las Iglesias particulares hagan todo lo posible por no perder el recuerdo de quienes han sufrido el martirio” y, en este sentido, rogó el Pontífice para que “su recuerdo bendito aleje para siempre del suelo español cualquier forma de violencia, odio y resentimiento”.

De hecho, recordó que los nuevos beatos “no estuvieron implicados en luchas políticas o ideológicas ni quisieron entrar en ellas”.

Las causas de beatificación de los mártires fueron presentadas por el entonces arzobispo de Valencia, y más tarde cardenal, Agustín García-Gasco y el Papa estableció que se celebrara la fiesta litúrgica de los mártires valencianos desde entonces cada año el 22 de septiembre, al haber sido el 22 de septiembre de 1936 el día en que fueron martirizados el mayor número de los nuevos beatos.

Según el historiador Vicente Cárcel Ortí, Vicario Episcopal para los sacerdotes valencianos residentes en Roma, que formó parte del equipo que redactó la declaración de martirio de la causa de beatificación, “la diócesis de Valencia fue una de las más afectadas por la persecución religiosa que la Segunda República desencadenó contra la Iglesia”.

De hecho, coincidiendo con el comienzo de la guerra civil, se produjo “el holocausto del clero diocesano, pues en una diócesis que contaba entonces unos 1200 sacerdotes, ascendieron a 364 los asesinados, y a ellos hay que unir a varios centenares de religiosos y religiosas y también de seglares católicos, que en general eran hombres y mujeres de Acción Católica y de otras asociaciones y movimientos eclesiales que nada tenían que ver con la guerra”.