El día a día de los 11.414 párrocos rurales en España: "Hago 138 kilómetros diarios. En invierno es peligroso"
En el Día del Medio Rural, que se celebra este 15 de mayo, recordamos el papel de la Iglesia con los vecinos que residen en municipios cada vez más despoblados
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Este 15 de mayo es el Día del Mundo Rural, una jornada idónea para reivindicar la vida en el campo y reclamar a las administraciones públicas y privadas iniciativas que permitan revitalizar las crecientes zonas despobladas de nuestro país.
La pandemia no ha pasado desapercibida el medio rural, ya que si bien es cierto que muchas familias se han trasladado a los pueblos de origen (o no) para evitar aglomeraciones y refugiarse de los peligros de la covid-19, los vecinos denuncian recortes en algunos servicios esenciales, por ejemplo, en el ámbito sanitario.
La Iglesia, movilizada contra la despoblación rural
La Iglesia siempre ha mostrado una gran preocupación en España por este fenómeno de la despoblación. Sin ir más lejos, a finales del mes de marzo, las campanas de las parroquias y ermitas de Extremadura repicaron como repulsa al abandono de determinados territorios de la comunidad autónoma, así como demandar soluciones a los problemas del medio rural.
Una protesta simbólica que surgió de los rectores de la Provincia Eclesiástica, y que pretende concienciar sobre la falta de oportunidades en el mundo rural.
Extremadura es una de las regiones españolas que reclama especial atención. Basta comprobar algunos datos: un 37,7% de la población vive en riesgo de pobreza, siendo la región con menos renta de todo el país, y con 115.455 personas en la cola del paro. "Nuestros pueblos envejecen, sin apenas niños ni jóvenes; el campo se asfixia cada vez más. Somos un espacio vacío para las comunicaciones (internet, autovías, trenes). Un total de 88 municipios han perdido una cuarta parte de su población" afirman los obispos en la nota que han colgado en su web.
"Los obispos extremeños miramos esta situación con realismo, pero también con esperanza cristiana, que no se deja vencer por el pesimismo, y desde nuestra misión eclesial queremos dar respuestas positivas y esperanzadoras a esta situación" subrayan los obispos de las diócesis extremeñas.
Por su parte los obispos de Aragón, en diciembre de 2019, publicaron la carta pastoral ‘Nazaret era un pueblo pequeño’, con la finalidad de orientar la evangelización y la acción pastoral en los pueblos poco habitados.
“Lo hacemos urgidos por la necesidad de ofrecer un rayo de luz y de esperanza ante la situación grave de la despoblación en nuestras diócesis”, recogían los obispos en la introducción, secundando el mensaje del Concilio Vaticano II: “Los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.
El día a día de Teo Nieto, uno de los 11.414 párrocos rurales en España
En el medio rural, España cuenta con 11.414 párrocos rurales, tal y como se recoge en la Memoria de Actividades de la Iglesia correspondiente al año 2019. Su papel es elemental en estas zonas para acompañar a los fieles. Sus jornadas son maratonianas en muchos casos.
Que se lo pregunten al Padre Teo Nieto, que atiende a un total de quince municipios en de la provincia de Zamora. Se levanta al alba, a eso de las siete de la mañana. Tras la oración, sale al campo a correr (sin música, para propiciar la reflexión). Enseguida acude al colegio para impartir clases de Religión. Ya por la tarde (con un poco de siesta previa para cargar las pilas) dedica su tiempo a visitar algunas de las quince parroquias que lleva de la comarca de Aliste (Zamora).
Una vida ajetreada que sin embargo adora: “Si te planteas estar presente en todos los lugares es imposible. Lo importante no es llevar quince parroquias, sino acompañar a los vecinos de esos pueblos con sus realidades”, afirmaba en Aleluya.
Una tarea gratificante pese a no estar exenta de peligros, dado el mal estado de las carreteras que comunican las localidades de la comarca zamorana. Al día realiza una media de 138 kilómetros con su Opel Astra en esos caminos lleno de obstáculos: “En una ocasión me llevé por delante a una manada de jabalíes. La fauna salvaje está descontrolada. Las comunicaciones han ido mejorando, pero aún están muy mal. En invierno, con las lluvias y las heladas, hay que conducir con mucho cuidado. Las administraciones deberían dar un paso adelante para invertir en infraestructuras” reclama el párroco.
Y es que la despoblación en algunas zonas del interior de la Península hacen mella en todos los núcleos, incluido el clero: “Hay una seria falta de vocación, pero acompañar a los pueblos en este proceso de envejecimiento es bonito, porque estamos presentes y sufrimos las mismas dificultades que los hogareños. Es la cruz que tenemos que asumir. Lo importante es portar esperanza desde la Iglesia”.
Cómo ser sacerdote y llevar 44 parroquias
Juan Miguel Gutiérrez es un párroco rural que vive en un pueblo al norte de Burgos. Lo curioso es que es párroco de 44 iglesias: “No estoy solo. Tratamos de construir comunidades y trabajamos de manera conjunta” cuenta Juan Miguel durante la presentación de la Memoria de Actividades de la Iglesia en 2019. Entre las anécdotas que Juan Miguel ha contado es que ya lleva 24 tejados reformados con sus manos: “Atendemos 56 edificios, pero también hay que picar las iglesias, pintarlas, temas de retablos, la luz. Nos hemos vuelto expertos en patrimonio”.
La España vaciada es así y durante la pandemia ha sido peor. Los feligreses han seguido la Santa Misa a través de sus casas y el párroco se ha convertido en un influencer: “Ha sido una época difícil para nuestros pueblos y para la gente mayor. A veces tenían dificultades para acceder a las nuevas tecnologías, pero hemos intentado estar presentes en sus vidas. Ellos agradecían la presencia de los curas a través de estos medios. Hemos hecho catequesis para los niños, nos hemos convertido en quien hacíamos las compras a los mayores, llevarles medicamentos, atendimos a enfermos covid-19. Ha sido una tarea en que hemos echado imaginación y los pueblos se han adaptado. Hemos conseguido que no se sintieran solos, que sintieran la presencia de la Iglesia”.