El día que el Papa san Juan Pablo II se acordó de don Pelayo en su visita a Covadonga
El Papa Juan Pablo II visitó Covadonga durante su viaje a Santiago de Compostela en 1989
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El 22 de agosto de 1989, Karol Wojityla -más conocido como el Papa Juan Pablo II- pisó la roca asturiana, anduvo por el largo pasillo de la montaña hasta que llegó a una pequeña cueva. “¡Qué lugar tan hermoso!” , cuentan que dijo. Y en ese escondido lugar de Asturias, se arrodilló y rezó a la Virgen de Covadonga.
El entonces arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, cuenta que el ya declarado santo, le cogió del brazo en el coche cuando comenzaron a ver la Basílica de Covadonga a lo lejos. Y no pudo contenerse y le comentó lo bonito que era el Santuario de Covadonga. Se han cumplido 30 años de esa visita del Papa.
El viaje del Papa
Hemos podido recordar este evento gracias a la Archidiócesis de Oviedo, con una estupenda galería fotográfica de esos días. Los días 21 y 22 de agosto del año 1989 el Papa Juan Pablo II peregrinó a Santiago de Compostela por el año santo. En este viaje, quiso visitar pastoralmente la iglesia particular de Asturias, después de haber tenido encuentro con ella en el "aeropuerto de la Morgal". Y estando en Asturias, no se olvidó de conocer Covadonga. El Santo Padre, se alojó en la casa de ejercicios que cuidan las hermanas de la Compañía de Esclavas del Corazón Inmaculado de María.
Se reunió con el Patronato del Real Sitio y gruta de Covadonga en la antigua Colegiata, subió seguidamente a la Santa Cueva y ante la imagen de la Santina oró largamente. También celebró una misa en la explanada de la Basílica. Con él, concelebro toda la Conferencia Episcopal Española y una gran representación del Presbiterio Diocesano. Asistió a la misma una gran cantidad de fieles.
Su oración a Covadonga
Juan Pablo II describió Covadonga como "esencia, altar mayor, latido de España y una de las primeras piedras de la Europa cristiana". A la ceremonia asistió el entonces todavía príncipe Felipe de Borbón, el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán y miles de fieles que no se querían perder el acontecimiento.
El Pontífice se acordó de don Pelayo y habló de la Santina: es "madre y maestra de la fe católica". El Papa compuso el mismo una oración bellísima, que recitó ante la Virgen, rodeado del espectacular paisaje asturiano. Un recuerdo histórico para la Iglesia en España, y un lugar histórico para nuestra fe.