El director de Familias de la CEE, ante un inicio de curso marcado por la crisis: "Vivirlo como oportunidad"
La inflación, la crisis de la natalidad o la reforma de la ley del aborto son algunos de los problemas que tiene que resolver España a corto y largo plazo
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Este lunes, 22 de agosto, arranca en Fátima el XVII Encuentro de Familias que organiza la Archidiócesis de Toledo, en la que participarán un total de sesenta familias, integrada por unas 300 personas. El delegado de Familia del obispado, Miguel Garrigós, ha recordado en ECCLESIA que se trata de un encuentro que comenzó organizándose en Tarazona y Torrent, pero desde hace una década encontró acomodo en el santuario portugués.
“Es un sitio de gracia, que es lo más importante, y luego está el plano logístico, ya que tiene unas infraestructuras muy buenas, con espacios grandes y campamentos para los hijos”, ha detallado.
Garrigós ha explicado en ECCLESIA que se trata de un encuentro orientado en tres ejes: formación, oración y convivencia. Una mezcla que arroja unos resultados interesantes, lo que ha hecho que cada año sean más las familias las que participan en la iniciativa de la Iglesia toledana.
“En 2006 era un grupo de 15-20 familias. Todo comenzó a raíz del encuentro internacional de las familias organizadas en Valencia en 2006. Los que participaron no quisieron quedarse ahí, sino que necesitaban profundizar, compartir lo vivido, y así nació el primer encuentro. Es la puesta a punto para comenzar el curso, recargan pilas a nivel de formación, descanso, a un ritmo pausado... Es una experiencia buena que repiten cada año”, ha indicado el delegado de Familias.
Miguel Garrigós, también en su condición de director de Familias en la Conferencia Episcopal Española, ha valorado el incipiente inicio de curso escolar y político que se avecina, con una inflación desbocada que afectará a las familias más vulnerables, o un proyecto de la ley del aborto que atenta contra las familias.
Ante estas adversidades, Garrigós opta por la formación y lo califica como una oportunidad para potenciar la presencia de los fieles en la vida pública: “Una dificultad se puede vivir como algo que nos aplasta o como una oportunidad. Lo importante es vivirlo en clave de oportunidad, un desafío y tenemos que ver la respuesta que hay que dar. Para las familias es importante la formación, la participación en la vida pública, que la fe no sea algo íntimo de nuestro corazón, que tenga una repercusión desde conversaciones en un café con un compañero de trabajo, a tener presencia en la política, asociaciones, etc. Es importante que no se produzca esta separación entre la fe y la vida social. Somos cristianos de una pieza”, ha opinado.