Fallece el Padre Antonio Aranda, emérito de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra
Natural de Córdoba, en 1965 se licenció en Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid y posteriormente se trasladó a Roma para cursar los estudios de Teología
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Antonio Aranda, sacerdote y profesor emérito de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, falleció el jueves en Pamplona a los 80 años. Natural de Córdoba (24 de diciembre de 1942), en 1965 se licenció en Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid y posteriormente se trasladó a Roma para cursar los estudios de Teología.
En 1967 se incorporó como estudiante al Instituto Teológico de la Universidad, entonces ubicado en las dependencias de la Catedral de Pamplona, donde formó parte de la primera promoción. En 1972 defendió su tesis doctoral en Teología, dirigida por el profesor Lucas F. Mateo Seco y titulada 'El Espíritu Santo en los símbolos de la fe (siglos II-IV)'.
El profesor Aranda, jubilado desde 2013, centró su labor docente e investigadora en la teología trinitaria, la cristología y la antropología teológica, materias sobre las que ha publicado numerosos trabajos de investigación. El último de ellos, 'A imagen de Dios en Cristo', se publicó en junio de este año en la editorial EUNSA.
Especialmente en los últimos años centró sus investigaciones en el espíritu del Opus Dei. Fruto de ello son las obras 'El hecho teológico y pastoral del Opus Dei: una indagación en las fuentes fundacionales' (EUNSA, 2020), o las ediciones crítico-históricas de 'Amigos de Dios' (Rialp, 2019) o de 'Es Cristo que pasa' (Rialp, 2013).
Fue director de las revistas Scripta Theologica (1989-1993) y Annales Theologici (1995-1998) y decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma) de 1994 a 1998.
Era miembro de la Real Academia de Doctores de España, de la Sociedad Mariológica Española y de los comités científico y asesor del Instituto Histórico Josemaría Escrivá. Asimismo, participó como experto en el Sínodo de los Obispos de 2012 sobre 'La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana'.
El profesor Juan Luis Bastero, que conoció al profesor Aranda en Madrid en el año 1963 en el Colegio Mayor Moncloa, cuando ambos estudiaban en la Universidad Complutense y posteriormente han compartido claustro en la Facultad de Teología de la Universidad, ha destacado que "ha sido una persona de clara inteligencia, profundo en su pensamiento y fiel a la llamada divina". "Cercano en el trato y preocupado por los demás. Un sacerdote que amaba su ministerio y que siempre ha procurado acercar las almas a Dios. Tras su aspecto de persona seria, había una gran capacidad de acogida, una sincera preocupación por los demás junto a un humor fino que se manifestaba de forma inesperada", ha afirmado.
El profesor Bastero ha destacado que "con el paso de los años, a pesar de su precaria salud, se advertía su interés por los que le rodeaban y procuraba pasar oculto y servicial con todos". "No quería molestar a nadie, sino, al contrario, siguiendo el espíritu de san Josemaría quería ser 'sembrador de paz y de alegría'", ha asegurado.