Francisco recibirá a Osoro, Díaz Ayuso y Martínez-Almeida con motivo del Año Santo de San Isidro
El 18 de marzo expondrán en Roma las actividades del Año Santo de san Isidro, concedido por la Santa Sede con motivo del IV centenario de la canonización del patrón de Madrid
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El Papa Francisco recibirá este sábado, 18 de marzo, en el Palacio Apostólico, al arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, acompañado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida.
«La audiencia es para conmemorar, precisamente, el año jubilar concedido a la ciudad de Madrid como consecuencia del IV centenario de la canonización de San Isidro. Ha sido una fecha importante que hemos celebrado, en la que ha habido numerosas actividades, que partió de un convenio de colaboración entre el Arzobispado de Madrid, el cardenal Osoro, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento», ha explicado el alcalde.
La audiencia se enmarca en las celebraciones del Año Santo de san Isidro, concedido por la Santa Sede con motivo del IV centenario de la canonización del patrón de Madrid. Las tres administraciones firmaron un protocolo general de actuación con el arzobispado y, a lo largo del jubileo, han colaborado en diversas celebraciones y actividades.
Año de Gracia
En aquel acto, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro,agradeció la implicación de las administraciones e incidió en que este es un «año de gracia» no solo para la ciudad, sino también para tantos lugares del mundo en los que se venera a san Isidro.
En este sentido, destacó que «hemos querido» que este Año Santo «sea para todos», en unos tiempos en los que se hace más cierto que nunca aquello que le dijo el Papa san Juan Pablo II antes de ordenarle obispo: «Atrévete siempre a gestar comunión y fraternidad». Una comunión de la que fue signo san Isidro, un hombre «sencillo, humilde, un trabajador del campo», un «santo de la puerta de al lado».
Su vida es una llamada constante a no olvidar «que somos hermanos», destacó, y «el año jubilar ha de ser, para toda la Iglesia y para nosotros, una renovada invitación […] para aprender a vivir con altura de miras, como lo ha hecho siempre Madrid».