Fray Pablo María de la Cruz: "Nuestro hijo, abrazando su enfermedad, nos ha abierto el cielo"
En ECCLESIA, Ana Medina da a conocer a Irene Pozo la historia del joven que profesó como carmelita unas semanas antes de morir, y del que dan testimonio sus padres y su acompañante
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Pablo Alonso Hidalgo era un joven salmantino de 21 años, que fue diagnosticado con solo 15 años de un sarcoma de Edwin. No pudo superarlo y falleció el pasado mes de julio, en vísperas de la fiesta de la Virgen del Carmen. Su mayor deseo fue ser Carmelita, orden a la que estaba ligado personal y espiritualmente. El pasado 25 de junio su deseo se hizo realidad y con una dispensa especial por la inminencia de muerte, Pablo se entregó a Dios con la profesión de votos perpetuos en la orden carmelita. Desiderio García Álvarez, carmelita que acompañó a Pablo en su camino espiritual y que actualmente es párroco en la Parroquia de los Carmelitas de la C/ Ayala, en Madrid, acerca a los espectadores el testimonio de este joven. «Empecé a acompañarle espiritualmente cuando comenzó con el sarcoma. Era un joven "normalísimo", con una simpatía muy grande, mucho sentido del humor, pero que en la enfermedad ha experimentado que Dios es un Dios de vivos, no de muertos, y se convierte en un altavoz del amor de Dios». «Él ingresa en el Carmen de Abajo en Salamanca porque siente que Dios le llama a ser solo para Él. De hecho, él a Jesús le llamaba sin ningún pudor, "mi Amado". Para él, la vida no se medía en salud, sino en entrega».
La profesión de Fray Pablo María de la Cruz fue una fiesta, pero no lo fue menos su funeral. El joven pidió a todos que acudieran con una sonrisa en los labios, diseñó una playlist de música para celebrar su paso a la vida eterna y llenó la iglesia de Flores. En el programa, dan testimonio también sus padres, Mari Carmen y Ricardo. Ellos cuentan cómo ha impacto en su vida el testimonio de Pablo.?«El tiempo final de su vida ha sido una explosión de Gracia que él ha recibido y que nos ha transmitido. Él nos ha abierto el cielo, la esperanza, en su abrazo a la cruz».
Muy devoto del beato Carlo Acutis y de San Rafael Arnaiz, ambos marcados por una intensa espiritualidad vivida en la enfermedad, Fray Pablo era un convencido de la necesidad de Dios de los jóvenes y de la centralidad de la Eucaristía en el camino al cielo.
En su viaje a la JMJ en Lisboa, Eva Fernández le entregó al Papa Francisco una carta suya con un diseño de una cruz florida. Como explica Fray Desiderio: «Él mismo diseñó el recordatorio de su funeral, esa cruz florida, y puso detrás una frase muy suya: "por el sufrimiento en la enfermedad me encontré con Dios, por la muerte en la enfermedad me iré con Él, y por eso me siento inmensamente feliz. Para Pablo la muerte en Cristo era preciosa. Al Papa, en esa carta, le mandaba tres mensajes. Le decía que ofrecía su vida por la conversión de los jóvenes a través de la Eucaristía, por la unidad de la Iglesia y para perder el miedo a la muerte».