La inflación y el 'invierno demográfico' ponen en jaque el futuro a las hermanas de un convento de Toledo

Las Comendadoras de Santiago han llegado a pagar este invierno en luz y calefacción casi 5.000 euros. Una cifra inasumible para un convento donde los ingresos no paran de menguar

La inflación y el 'invierno demográfico' ponen en jaque el futuro a las hermanas de un convento de Toledo

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Las veinte hermanas que integran el convento de las Comendadoras de Santiago en Toledo no pasan económicamente por su mejor momento. La subida en la factura del gas y la luz, unidas a la baja demanda de pedidos de dulces y en el servicio de guardería, ha hecho que opten por pedir ayuda para poder hacer frente a los elevados gastos para mantener el espacio.

En declaraciones a ECCLESIA, la Madre Superiora de las Comendadoras de Santiago, Sor Lucía, ha asegurado que la factura de luz y gas llegaron a los 4.800 euros en los meses de invierno, y otros 4.500 en marzo y abril, pese a que las religiosas han reducido el consumo al máximo: “Vamos a peor, tenemos más gastos que ingresos”, ha lamentado.

Desde que han dado a conocer su precaria situación en diferentes medios, ha aumentado algo el número de pedidos, e incluso envían a las monjas algunas cajas de comida para ahorrarse el almuerzo o la cena. Gestos que Sor Lucía agradece, pero ha dejado claro “que no estamos muertas de hambre. Tan mal no estamos”.

Y es que el invierno se les ha hecho eterno a las hermanas del convento toledano, una vez que se puso fin a la campaña de Navidad, cuando la demanda de pedidos de los dulces que elaboran eran altos: “Ahora en primavera y verano se consume menos. Nos han hecho ahora algún encargo, pero poca cosa”, ha precisado.

No obstante, las dificultades económicas en el convento vienen de lejos, ya que la principal fuente de ingresos de las Comendadoras de Santiago era el servicio de guardería que también ha ido menguando “porque cada vez hay menos niños y más guarderías”, ha comentado Sor Lucía. Tanto es así que de ochenta niños que llegaron a cuidar, ahora no superan los veinte.

Ante la caída en sus fuentes de ingresos, la Madre Superiora explicaba en ECCLESIA que se están ofreciendo para realizar otros trabajos, pero siempre que no implique una salida del templo: “Somos monjas de clausura, no podemos salir. Ahora estamos probando hacer prendas de vestir de punto, pero estamos todavía aprendiendo”, reconoce en ECCLESIA.

Hasta ahora sobreviven como pueden, tirando de los ahorros. El futuro es cuanto menos preocupante para la supervivencia del convento, pero Sor Lucía opta por ser positiva: “Dios nos ayudará. Ahora en verano también acogemos más niños en la guardería porque los padres siguen trabajando. Esperamos tener más ingresos”, ha expresado confiada la Madre Superiora de las Comendadoras de Santiago de Toledo.

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