Jóvenes "de marcha" para venerar la reliquia más grande de "la cruz de Cristo"

El Camino Lebaniegoarranca el curso ofreciendo numerosas actividades pastorales dedicadas a los adolescentes, entre ellas adorar el fragmento del lignum crucis

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Medio centenar de adolescentes han iniciado el curso pastoral con una peregrinación al santuario cántabro de Santo Toribio de Liébana. Coincidiendo con su año jubilar, jóvenes de las parroquias del Buen Pastor de Miranda de Ebro, Quintanar de la Sierra, y San Gil, San Lorenzo, San Lesmes y el Hermano San Rafael de Burgos recorrieron a pie los últimos 44 kilómetros de esta ruta para venerar la reliquia más grande que se conserva de la cruz de Cristo.

Tres jornadas de convivencia en la que los adolescentes, de entre 12 y 17 años, recorrieron a pie el tramo que va de Cades al santuario lebaniego, pernoctando en las localidades de Cicera y Cabañes. También hubo tiempo para la convivencia, el disfrute de la naturaleza y una visita cultural a la localidad de Potes. A su llegada al monasterio, participaron en la eucaristía de los peregrinos, presidida por el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, y adoraron el fragmento del ‘lignum crucis’.

El trozo más grande de la cruz de Cristo

Este es el trozo más grande de la cruz de Cristo, el brazo izquierdo. Es de una especie de árbol de palestina y data de la época de Jesucristo. Fue santo Toribio de Astorga, custodio de las reliquias de Jesucristo en Jerusalén, quien contando con el permiso del Papa de su época, trasladó un trozo de la Cruz hasta Astorga, ciudad de la que fue obispo. Dicha reliquia fue traslada a Liébana por cristianos que querían ponerla salvo de los musulmanes que se encontraban ya en puertas del norte de la península en el avance de su invasión. Y fue el revulsivo definitivo para que el Monasterio de Santo Toribio y Liébana se convirtieran en importante lugar de Peregrinación.

Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al "brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reina Elena, madre del emperador Constantino, dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones en el siglo IV. En la actualidad el leño está serrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo. Sin embargo, esto no siempre fue así.

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El análisis científico

En la Edad Media era común regalar un trozo de reliquia en pago de ciertos favores. Así, poco a poco, el brazo izquierdo de la cruz iba acortándose con el tiempo. Es por ello, que en un momento determinado, viendo los benedictinos que se quedarían sin reliquia, la serraron, la pusieron en forma de cruz (incrustada en un relicario en forma de cruz de plata dorada, con cabos flordelisados, de tradición gótica, realizada en un taller vallisoletano en 1679) y la colocaron en un lugar cerrado y sellado para que nadie pudiera acceder a ella.

Un análisis científico sobre el sagrado leño, determinó que la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus sempervivens L., tratándose de una especie autóctona de palestina y que data de aquella época. El ADN de esta reliquia ha servido para autentificar la procedencia de los otros fragmentos conservados.

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