Laicos de la diócesis de Getafe animan a acudir a la manifestación por la vida este domingo en Madrid
Constatan que la sociedad se ha vuelto cada vez más deshumanizada y en ella el individualismo, la soledad, el dolor y el miedo están muy presentes
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Con el título ‘La sociedad no la construye el poder, sino la persona’ la Delegación de Apostolado Seglar de la diócesis de Getafe ha lanzado un manifiesto a los medios de comunicación y redes sociales en los que insta a apoyar la manifestación por la vida que tendrá lugar el domingo 26 de junio, a las 12.00 horas, desde la Glorieta de Bilbao hasta la Plaza de Colón.
En el marco de la celebración del X Encuentro de las familias (22-26 junio en Roma) recuerdan que la Iglesia de Dios vive en el mundo donde está llamada a realizar su misión.
Constatan que la sociedad se ha vuelto cada vez más deshumanizada y en ella el individualismo, la soledad, el dolor y el miedo están muy presentes y las relaciones se basan en el utilitarismo.
Además denuncian que desde el poder se promueven leyes como la eutanasia, la ley de ampliación del aborto, la ideología de género o la modificación del Código Penal que convierte en delito la defensa de la vida, que van imponiendo un cambio en la concepción del hombre, que pretenden imponer un proyecto antropológico inhumano, que impide al hombre concreto desarrollar su capacidad de discernimiento.
Ante la situación y la nueva ley del aborto reclaman la presencia de los católicos en la calle y en todos los ambientes: en la sociedad, en el trabajo, en la educación, en la cultura, etc.
Manifiesto ‘La sociedad no la construye el poder, sino la persona’
La celebración del X Encuentro de las familias que se celebra en Roma y en cada una de las diócesis del mundo con el lema “El amor familiar: vocación y camino de santidad”, nos recuerda que la Iglesia de Dios vive en el mundo donde está llamada a realizar su misión.
Nosotros, católicos de la Diócesis de Getafe, somos conscientes de la misión a la que estamos llamados, como lo somos también del nuevo contexto histórico en el que vive la Iglesia. Hoy vivimos en una sociedad fuertemente secularizada que provoca grandes desafíos para la evangelización, pero es aquí donde el cristiano está llamado a vivir su propia identidad.
Como afirma el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelli Gaudium “Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en el mundo”. Somos misión porque hemos sido llamados, y hemos dicho que sí porque hemos sido fascinados por Cristo que nos lanza a vivir la fe allí donde se desenvuelve nuestra vida.
Nuestra presencia, la de los católicos - en Getafe y en todo el mundo, antes, ahora y en el futuro -, no solo está en el interior de las iglesias sino en la calle, en la vida de nuestros hermanos los hombres. Nuestra fe, es una fe que cambia la vida, y no podemos callarla, hemos de anunciarla a todos y en todas partes.
Por ello, estamos como laicos en el mundo, en los ambientes del mundo: en la sociedad, en el trabajo, en la educación, en la cultura, en la política, en cualquiera de los lugares en los que nos encontremos.
Constatamos que vivimos en una sociedad cada día más deshumanizada, donde el individualismo, la soledad, el dolor y el miedo están muy presentes. Las relaciones entre los hombres están impregnadas de utilitarismo: es como si el otro, el que tengo a mi lado, fuera un estorbo o no me interesara, salvo si me ofrece ahora algo que deseo. No se ve al otro como un bien y, por lo tanto, no interesa su felicidad, tampoco su destino.
Desde las distintas instancias de poder del mundo, con todas sus terminales - económicas, comunicativas y políticas - se está imponiendo un cambio en la concepción del hombre, lo que se expresa en muchos ámbitos de la cultura y de las legislaciones que atentan contra la verdad natural, la libertad y la justicia.
Mirando al mundo y a las leyes que comienzan a regirlo constatamos con preocupación el alejamiento de dos principios básicos que propone la Doctrina Social de la Iglesia, y que son válidos para creyentes y no creyentes: la dignidad de cada hombre y el bien común.
Estamos convencidos que el impulso de leyes como la de la eutanasia, la ley de ampliación del aborto, la ideología de género, la ley de diversidad familiar, la educación, ponen en peligro el derecho y el cuidado de la vida y la libertad, amparados en un concepto erróneo de la libertad, e imponiendo un proyecto antropológico que reduce al hombre y a su naturaleza, así como su capacidad de discernimiento; además, no tiene en cuenta la objeción de conciencia. Sorprende que la modificación del Código Penal convierte en delito la defensa de la vida.
Creemos que los laicos, en una Iglesia sinodal, estamos llamados a anunciar y denunciar con nuestra palabra y con gestos la verdad del Evangelio.
Por esto, y en defensa de aquello en lo que creemos firmemente, la Delegación de Apostolado Seglar de la Diócesis de Getafe, como parte de este camino educativo y cultural en el que debemos seguir avanzando juntos, apoyamos y os pedimos apoyar y acudir a la marcha en Madrid del próximo domingo 26 de junio a las 12 de la mañana bajo el lema “¡Nos jugamos la vida! ¡Basta de leyes contra la verdad y la naturaleza humana!”, que convocan más de 200 organizaciones que representan a la sociedad civil española.