Las mujeres en el Sínodo: "No somos invitadas, sino miembros de pleno derecho"

"Lo que buscamos es que en la Iglesia no se vuelva atrás. Aceptar la diversidad es aceptar la realidad y las mujeres somos la mitad de esa humanidad. El Papa busca la igualdad no teórica, sino para que las puertas del campo de juego se abran a todos los jugadores". Así ha presentado Isabel Celaá, embajadora de España ante la Santa Sede, a las cuatro “madres sinodales” españolas que participan en el Sínodo y que la publicación Vida Nueva ha reunido en Roma para hablar precisamente del camino sinodal.

"Ellas, con voz y voto en el Sínodo" ha sido el elma del acto que con la colaboración de PPC Editorial y Banco Sabadell, ha reunido en una mesa redonda moderada por el director de Vida Nueva, José Beltrán, las cuatro españolas de la Asamblea General del Sínodo de la Sinodalidad, que se celebra en el Vaticano del 4 al 28 de octubre. De ellas, Inogés y Xiskya Valladares, RPM, misionera digital y madre sinodal por designación papal, serán las que puedan ejercer este derecho, ya que Eva Fernández, coordinadora del Foro Internacional de Acción Católica e invitada especial al Sínodo, y María Luisa Berzosa, FI, consultora de la Secretaría General del Sínodo y facilitadora en la Asamblea Sinodal, actúan como expertas, con voz, pero sin voto.

“Ha habido muchas mujeres a lo largo de la historia que han querido abrir una puerta que no se podía". Por tanto, ha dicho Inogés, "espero que se contagie la actitud de Francisco. Que se tenga la sensibilidad de corazón de ir abriendo puertas”. Por su parte, Valladares que llegaba al Sínodo con el aval de haber estado desde el minuto cero ligada al gran Sínodo digital, ha destacado la necesidad de la gente "de volver y sentirse acogidos por la Iglesia". Algo que Berzosa ha explicado que se complementa con la actitud de "escucha".

Por su parte, Eva Fernández ha explicado que el proceso sinodal ha sido de "libertad total, integrando en los informes las propuestas que cada uno ha querido incluir".

El papel de la mujer

La participación de las mujeres, una riqueza para el Sínodo y todas han coincidido en que "no son extras". Por lo tanto, "esto significa comprender y promover la misión de la mujer dentro de la comunidad eclesial". Al introducir su intervención, la religiosa subrayó la fuerza del testimonio de la confrontación sinodal en un momento en el que "se desata el horror de la espiral de violencia".

"La mujer es presencia que intuye el movimiento de la vida, teje relaciones nuevas, improbables, lleva pacientemente y disuelve conflictos", han destacado. Por ello, es precisamente la aportación de las mujeres la que "alimenta incesantemente el dinamismo espiritual de la reforma".